Capítulo VIII-La noticia del momento.

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La mañana siguiente después de la fiesta, mis padres estaban en sus actividades diarias y no pasarían todo el día en nuestra casa, lo cual me encantaba porque me agradaba demasiado estar en la casa de mis “abues” sin  nada que hacer. Hasta tenía una habitación ahí para mi sola de tanto tiempo que pasaba en ese lugar. Desde que Jordan se fue, dejó solo su ausencia en una de las habitaciones y me adueñé del  que era el suyo. Los padres de Jordan murieron cuando él era muy pequeño, y nuestros abuelos se hacían cargo de él desde entonces. A pesar de que el tonto de mi primo mayor causó un trauma gigantesco en mí, era un chico listo y tierno cuando lo quería. Actualmente seguía en una relación con Meredith- la joven con quién lo vimos Peter y yo en tremendo agasajo-  Podía ver en las redes sociales lo felices que eran todavía, o por lo menos eso aparentaban.

La habitación que usurpé tenía la mejor vista. Aunque era algo masculina, con las adapaciones de posters de revistas que le había hecho era perfecta para mí. Parte de ella era un balcón enorme y tenía un ventanal el cual siempre tenía abierto para que circulara el aire y escuchar como los pajarillos se revoloteaban en sus nidos.

Ese día como siempre me encontraba en la habitación escuchando el top ten de MTV, veían las curvas tan prominentes de Beyonce que parecían burlarse de las mías. Escuché que un coche se estacionó frente a la casa, giré el rostro hacia la calle y vi como Peter se bajaba de él para entrar a su casa. Llevaba una cinta que le cubría gran parte de la nariz y una venda enrollada en la muñeca izquierda.

Me quedé consternada por tal imagen y me pregunté qué sería lo que le había pasado. Llegó a mi mente ir a preguntarle pero era demasiado cobarde. –Hola Peter. Hace mucho que no te hablo… Pero, ¿Qué le paso a tu muñeca y a tu nariz?- No definitivamente no diría eso, me vería como una fatal chismosa.

Vibré mi boca con un sonido de relinchido y me enfoqué en ver el televisor nuevamente que ahora me mostraba las grandes pechonalidades de una tipeja que quién sabe cómo se llamaba.

El ver a Peter así de golpeado no me dejaba pensar en otra cosa, me cambie de ropa como un rayo, no porque fuera a cruzarme a hablar con Peter, no, si no porque a lo mejor el amor de mi vida se cruzaba por mi camino, y no quería que me conociera en fachas.

Lo único que llevaba en la mano era mi celular y era suficiente pues sentía tan pesado el cuerpo que mientras me acercaba a la puerta de la casa de Peter los pies dejaban de responderme. Ya estaba frente al timbre y juro que lo iba a tocar pero sonó el celular salvándome de hacer mi espectáculo.

-Bueno- Contesté un poco espantada.

-¡Kendra! ¿Estás bien? –

-Claro que si Karla. ¿Por qué no habría de estarlo?-

-¡Pues con la noticia que te tengo yo que tú ya estaría desmayada!-

-¡Habla Karla! Que estoy en ascuas.-

-¿A que ni sabes qué? Supe de muy buena fuente…-

-Hay tu siempre te enteras de todo. Aja.-

-¡No me interrumpas! Que me da un algo. Bueno, como te decía supe de muy buena fuente que ¡Peter se agarró a golpes con Benjamín anoche después de la fiesta por ti!-

-¿Qué, qué, qué? ¿Por mí? ¿Y yo que tengo que ver?-

-Bueno… exactamente por ti no. Pero tuviste algo que ver. Resulta que después de que él encontrara a Mielany y a Benjamín en el cuarto de mis padres a punto de ya sabes que…-

-¿Qué, cómo? ¿Ya todos lo saben?-

-Siiiii, ¡hay eres una mala, cómo no me contaste eso anoche eh! Bueno, el chiste es que estaban en el calor de las agresiones y Benjamín le decía que si él no le daba a Mielany lo que ella quería, pues que alguien más se lo tenía que dar. Y después continuó diciendo:- Y Kendra en la siguiente… Se me escapó una vez, pero dos ¡Ya no!- En cuanto escuchó esto último Peter se lanzó contra él y le dijo que no lo quería ver cerca de ti. Por eso ahora Peter trae varios golpes… ¡Pero eso sí, a Benjamín le fue aún peor!-

El estómago se me hizo tan pequeño que me dieron unas enormes ganas de volverlo, me encontraba aún parada frente a la puerta de Peter y sin hacer movimiento alguno quedé en shock al ver que de la nada la gran puerta de roble color caoba se abría rápidamente. La persona que acudió a verificar si había alguien afuera era Peter, -que en efecto así era-  me miró sumamente  confundido mientras yo seguía con el celular pegado en la oreja sin decir nada, se escuchó a lo lejos el – ¡Kendra! ¿Sigues ahí?- Colgué la llamada y me quedé fijamente mirando esos bellos ojos cristalinos, hace tanto tiempo que no lo obserbaca a conciencia tan de cerca, al instante me atormentaron los nervios y él dijo: -¿Kendra? ¿Qué haces aquí?- Más confundido que confundido-man al escuchar su nombre.

-Yo…Yo…- Comencé con tartamudeos y terminé diciendo una estupidez- Mi abuela mandó a saludar a tu mamá… Y por eso vine, a decirle…Claro. Pero ya me voy.- Salí huyendo como una vil cobarde y me encerré en la habitación, claro está, que también cerré las puertas del balcón para no ser presa de sus miradas. 

ஐ MI PRIMER BESO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora