Capítulo XII-Noche de cinema.

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La mañana siguiente Karla y yo nos fuimos a su casa, le llamé a mi madre desde que desperté para avisarle y decirle también, que me quedaría ahí hasta el lunes por la mañana. Karla y yo nos iríamos juntas a la escuela y cuando fuera la hora de salida me iba a casa de la abuela y en la noche nos veríamos ahí. Ella aceptó sin muros ni pretextos así que quise disfrutar el resto de la tarde de ese domingo.

Estuvimos tiradas toda la mañana, ella en un sillón arreglándose las uñas y yo en la cama mirando la televisión.

-¿Segura que no quieres ir?- Me preguntó por enésima vez.

-Sí. Segura.

-¿Me vas a dejar ir sola con Malcom?- repetía con ojitos de cachorro abandonado.

-Que sí.

-¡Anda, vamos Kendra! Seguro que la pasaremos bien.

-Claro que no Karla. ¡No quiero ser la tercera rueda! Se siente pésimo. Ustedes en sus arrumacos y yo comiendo moscas ¿no?- Karla rio a carcajadas y dijo:

-Tú lo que necesitas es un novio. ¿Cuándo le darás el sí al primero?-

-¡Duah! Asco, eso no es para mí.- Dije rápidamente haciendo cara de repulsión.

-No es nada del otro mundo Kendra. Te regalan cosas, huelen rico cuando van a verte y siempre te quieren hacer reír. Además… Los besos son…. ¡Increíbles!, bueno, solo si te toca alguien como Malcom.

-¿Cuándo tiempo llevas saliendo con él?-

-¡Hoy cumplimos un mes!-

-¡¿Un mes?! Y apenas me he enterado, que mala amiga eres.

-Lo sé. Perdón. No te vuelvo a ocultar nada. Es que tenía tanto miedo de perderte.

-No me perderás a menos que me vuelvas a esconder algo tan importante. Siempre quiero que confíes en mí Karla, por eso somos amigas.

-¿Entonces qué? ¿Si vamos?- Insistió.

-¡Que no!- dije mientras entraba al baño a darme una ducha.

Pasaron algunas horas y después de bañarme y cambiarme yo seguí tirada en la cama. Bajé por palomitas estando dispuesta a tener mi propia tarde de cine en casa ajena. Karla seguía alistándose desquiciada sin saber que ponerse todavía, aun teniendo un mundo de ropa. A veces se me hacía tan ridícula. Yo quisiera tener ese closet inmenso pegado a mí recamara.

Bromeé con ella para que se fuera desnuda pero a ella no le parecía nada gracioso.

-¿Cómo puedes comer en una situación como ésta?- dijo pelando los ojos.

-Pues porque yo no soy la que ahora va salir con el sabelotodo.-

-¡Hey! Ya no le digas así.

-Antes no te molestaba ese sobrenombre, si mal no recuerdo tú se lo pusiste.- dije riendo.

-Pero el amor me ha cambiado. Y tú como eres mi amiga, lo respetaras.

Me reí con más intensidad y ella seguía haciendo rabietas.  Las dos nos quedamos en silencio al escuchar el timbre señalando que llamaban a la puerta principal. Karla se exaltó y se puso a buscar como loca algo que ponerse estando en ropa interior. Se colocó un vestido amarillo que hacía resaltar el color recién bronceado de su piel y unas sandalias color dorado.

Tocaron a la puerta  del cuarto y era Patricio- el mayordomo-.

-Señorita Karla. El joven Malcom la espera en el salón de invitados.- dijo con su tono irremediable de respeto.

ஐ MI PRIMER BESO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora