Capítulo VII-El cumple de Karla.

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Ya se acercaba de nuevo el fin de semana y el viernes sería el cumpleaños de mi mejor amiga Karla, no sabía exactamente que le regalaría, pero lo que si sabía era que como cada año me quedaría  dormir en su casa. En esta ocasión Karla decidió invitar a todo el colegio a su humilde mansión para celebrarlo y después algunas de sus amigas más allegadas no quedaríamos a dormir.

Yo estaba tan entusiasmada que no cabía de alegría. Desde el incidente con Benjamín no había podido divertirme de igual manera, y esta ocasión sería perfecta para levantar los ánimos.  Al salir de la escuela ambas nos fuimos a su casa, cada que iba tenía una remodelación nueva. Parecía un tremendo castillo de princesa. Por lo regular siempre estaba sola, por eso no le gustaba pasar mucho tiempo ahí, así que siempre estaba conmigo en casa de mis abuelos. Ese día no sería la excepción, Karla me comentó de camino a su casa algo decaída que sus padres estaban en un viaje de negocios en Italia y bueno, como no quería pasársela apachurrada invitó hasta a la servidumbre a la fiesta que siempre le ha servido de compañía en los peores momentos, -como cuando murieron sus mascotas-.

Sus padres en recompensa contrataron algunas personas encargadas de todo lo que respecta a la belleza, nos relajaron con algunos masajes y manicuras a la perfección. Al final nos maquillaron y nos dirigimos a su closet, su e-n-o-r-m-e closet. Era más grande que su habitación y vaya que eso ya era mucho que decir. Tomó un vestido negro para ella y uno blanco para mí diciendo que me vería realmente linda con él. Y así lo era, por lo menos yo así lo sentí. Al llegar la tarde, comenzaron a llegar lo invitados, a decir verdad eran bastantes los que habían poblado el enorme jardín de la casa para ser tan temprano. Bajamos y todo estaba normal, había música, buen ambiente, bocadillos y demás.

Al pasar del tiempo, la casa parecía demasiado pequeña para el gential que había. Todos bailaban sin ton ni son, como si la noche se fuera a terminar pronto. Y vaya que lo haría, ya eran las doce de la noche y la fiesta estaba a todo lo que daba. Mi corazón se detuvo y se llenó de rabia al ver entrando a la pérfida de Mielany con Peter al lugar… Y claro que no por Peter, si no por mi desprecio hacia ella. Ignoré ese asunto, no echaría a perder la noche de mi amiga por solo un berrinche. Seguí bailando y sentí como alguien se me pegaba a l cuerpo. Seguí sin voltear y después de un rato noté que era Benjamín. Lo fulminé con la mirada y lo empuje con repulsión. Él se echó a reír y se marchó de mi vista. Unas horas más tarde me dispuse a subir a la habitación de Karla para cambiarme de zapatos… Los tacones me estaban matando y moría por seguir bailando como loca.

Me dirigí al closet y tomé unas bailarinas, me senté en la cama para ponérmelas y cuando estaba lista me dispuse a encaminarme al largo pasillo de la parte alta.  Ya estaba por bajar las escaleras cuando escuché unos ruidos que venían del cuarto principal- El de los padres de Karla-

-¿Cómo pudiste hacerme esto Melany?- Gritaba alguien que en un principio no reconocí.

Me encaminé a ver qué ocurría y el por qué alguien estaba en los cuartos. Eso estaba prohibido. Abrí la puerta de golpe y vi a Benjamín tirado en la cama con una sonrisa maléfica a medio vestir, por otro lado a Melany implorándole a Peter que lo que acababa de ver no era verdad. Los tres me miraron con sorpresa y por mí parte me quedé helada sin saber que hacer. Tan petrificada como esas criaturas que tienes colgadas en sus áticos los cazadores como trofeo. Peter movió la cabeza en desaprobación y Melany que aún estaba hincada antes sus piernas cayó al suelo cuando este salió de ahí como alma que la llevaba el diablo.

Llevé mis manos a la boca y dice: -No pueden estar aquí… ¡Así que largo!- Ambos al instante se levantaron y se fueron por separado. 

ஐ MI PRIMER BESO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora