Blackmailer ➳ j.b

Capítulo 10.

Justin estaba aparcando frente a una preciosa casa de dos plantas. Me sudaban las manos, las piernas me temblaban, y cada vez tenía los labios más secos, sin poder reprimirme morderlos.

—Ya hemos llegado —anunció Justin, como si no me hubiera dado cuenta.

Bajé del coche teniendo cuidado de no torcerme el tobillo. Antes de que pudiera dar un paso, ya tenía a Justin pegado a mí, tendiéndome el brazo para que lo agarrase. No quería acabar en el suelo, así que me sujeté a él. Y cuando eso pasó, pude darme cuenta de que las horas que pasaba levantando pesas y haciendo deporte, no eran pocas.

—Recuerda lo que te he dicho antes, sígueme el rollo todo el rato. ¿Vale?

—Lo que tú digas, Bieber.

Rodé los ojos y anduvimos hacia la puerta principal. Una vez allí, Justin tocó al timbre y, en pocos segundos, la puerta fue abierta por una preciosa mujer de no mucha edad. ¿Esa era su madre?

—Justin, cariño. Te estábamos esperando —dijo ella, para después dirigir su mirada hacia mí—. Oh, tú deberás de ser Lexie, ¿verdad?

—Sí —sonreí, acercándome a ella y dándole dos besos—. Un placer conocerla, señora…

—Pattie, me llamo Pattie, pero tutéame mejor, si no haces que me sienta una anciana —rió, parecía amable, simpática, cariñosa; características que su hijo no tenía el privilegio de poseer—. Y el placer es mío, cielo.

Asentí, sonriendo de nuevo. Sus preciosos ojos azules no paraban de ir de un lado a otro, mirando a Justin y después mirándome a mí, como si no se pudiera creer lo que estuviera viendo. Justin con una chica decente, wow.

—¿Cómo estás mamá? —preguntó Justin, dándole dos besos también—. ¿Ya ha llegado Derek y Lyn?

—Muy bien cariño. Sí, hace un rato que han llegado, así que pasad. Falta poco para que la cena esté lista.

Pattie se hizo a un lado para dejarnos pasar. Aún agarrada al brazo de mi falso novio, entré en la casa por un bonito recibidor donde había fotos de aquella familia de muchos años atrás. Dos niños pequeños, uno un poco más que el otro, y un hombre y una mujer. La mujer sería Pattie, el hombre su marido y el niño pequeño Derek. Tenía una cara muy angelical, y aunque ahora no la tuviera, estaba segura de que no sería como su hermano ni en lo más mínimo.

Llegamos al salón, donde un hombre un poco más mayor que Pattie —un par de años como mucho—, un chico y una chica de más o menos mi edad estaban charlando animadamente.

—Papá, Derek, Lyn, ésta es Lexie Dellinger —dijo Justin, captando la atención de ellos tres, o mejor dicho, haciendo que yo captase su atención—. Lexie, él es mi padre, Jeremy; mi hermano pequeño, Derek y la novia de éste, Lyn.

Por primera vez desde que había bajado del coche me solté del brazo de Justin, acercándome a ellos —que se habían puesto de pie— para saludarles.

—Un gusto, señor Bieber —saludé primero al padre de Justin con un par de besos en la mejilla, al igual que hice con las dos personas restantes.

—Lo mismo digo, Lexie.

—Derek —noté como apretaba sus dedos alrededor de mi cintura cuando me acerqué a él para darle el par de besos—, encantada.

—Lo mismo digo —una sonrisa salió de sus labios.

—Yo soy la novia de éste desastre de aquí —dijo la pelirroja, haciéndome reír—. Soy Lyn Fegensby —cuando me acerqué para saludarla me susurró algo al oído—. Sinceramente, no sé cómo puedes salir con Justin. Estoy segura de que no le conoces del todo.