A un kilómetro de ti II (Jackson Wang)

Capítulo 5

Cerrar este capítulo

Narra Grettel

Tocaban el timbre de mi departamento con ganas, iba cabreada hacia la puerta con el fin de insultar al que estuviese ahí, a menos que sea mi novio.

Roma- Toc, toc.

Grettel- Qué es esa forma de tocar el timbre, vas a romperlo.

Roma- Permiso.- Pasó- Tengo planes esta noche.

Grettel- Ya lo imagino.- Vi las perchas de ropa en su brazo izquierdo, cubiertas por fundas.

Roma- Me habló otro bombón y me invitó a una discoteca bastante concurrida.

Grettel- Cerré los ojos con pesadez- Tengo trabajo para hacer y Kang no puede acompañarme.

Roma- Por favor, será por esta noche.

Grettel- Me senté en el sofá- Cuando me miras con esos ojos de perro jodidamente atropellado, no puedo decirte que no.

Roma- El lugar se llama "Old is young", sabes cuál.

Grettel- ¿No es ahí donde concurren gente grande? Digo, de treinta y tantos para arriba.

Roma- Cuarentas, cincuentas y más.

Grettel- ¿Estás saliendo con un viejo?

Roma- Tiene treinta y nueve, qué son diez años, quiero cambiar de aires.

Grettel- No voy a ir.

Roma- No tengo a nadie, y si falla la noche no deseo quedarme sola.

Grettel- ¿Y qué hay de mí si triunfas y quiere llevarte a un motel?

Roma- Tomas un taxi y a casa.- La quedé mirando- Cuando salías con Kang las primeras veces hacías lo mismo conmigo.

Grettel- Bien, vayamos.- Me levanté yendo al cuarto- Ni siquiera sé qué me voy a poner.

Roma- Traje ropa para ti también, nena.

Esta chica piensa en todo. Me duché, nos cambiamos, maquillaje, peinados, tacones, y preparadas para enfrentar la noche, se me hacía que iba a ser aburrida, además que ahí frecuentan viejos verdes, y uno que otro grupo de gente que disfruta pacíficamente.

El vestido que llevo es negro, adherido, medias y tacones del mismo color, labios rojos, eso era todo, con los años me volví más coqueta que de cuando adolescente, con confianza.

Roma- Cuando lo veas, juro que lo querrás como futuro padre de mis hijos.- Aferrada a mi brazo mientras caminábamos al sitio.

Grettel- ¿No era que no querías hijos?