Epílogo

56 9 6
                                    

#513.

Querido Paul:

Me metí en muchos líos por ella.

Todos los días veía cómo Abigail se esforzaba en hacer que regresara. Jamás en mi vida había visto a una persona así, deseando el bienestar de otra con tanta fuerza.

Entonces fue cuando me entró la curiosidad y decidí ir con ella en el avión, pretendiendo ser normal.

Allí fue donde me di cuenta.

Esa chica tenía algo especial.

No era como los demás demonios, mucho menos como los demás humanos.

Debbitha te veía y en sus ojos descubrías a todo un mundo en su interior. Lo curioso era que tenía una barrera. Si no te lo permitía, no podías ver más allá de lo que ella quería que vieras. Era fascinante ver cómo tenía el corazón destruido, cómo le faltaban las cosas más importantes en su vida, y aún así veía al mundo de una manera tan diferente. Puede que ella jamás lo admita... Pero el mundo humano era hermoso a su punto de vista.

Cuando miraba aquella ventana en ese avión hacia Berlín, no sólo extrañaba a Julién, sino que admiraba lo hermoso y sencillo que podía sentirse desde allí.

Y luego, cuando por fin le hablé y me maldije a mí misma por haberlo hecho, ella me trató de la manera que menos hubiera esperado que lo hiciera.

Su mente era hermosa... pero se expresaba como si fuera la chica más indiferente del mundo.

Y por eso, Paul, fue que hice todo aquello. Porque ella lo merecía. Ella necesitaba su paz, su felicidad, su familia, y a una persona a la cual amar tanto como te amé.

Te he amado.

Ahora estoy en eso de los trabajos duros que tengo que realizar por haber permitido la traición de Samaritha. Pero por primera vez los encaré a todos. ¿Cómo podían ser tan crueles por una supuesta traición que había pasado hacia más de una década?

Me parecía estúpido.

Así que tan sólo lo hice.

Y heme aquí, escribiéndote en mi tiempo libre.

Ahora tengo a un montón de personas que ni siquiera son arcángeles, que ni siquiera se comparan conmigo, pero que se siente bien estar con ellos. Se siente tan bien como se sentía estarlo contigo.

A esto Debby lo llama familia.

Sí, despertó un día.

En ese momento nadie estaba en la habitación. Sólo abrió los ojos de un momento a otro y se quedó allí, en la cama, pensando.

Abrí la puerta, la vi, y me quedé estupefacta. Ni siquiera me salía el habla.

Pero en ese instante ella me sonrió, y me acerqué, porque supe que todo estaba bien.

Nunca se me han dado bien las palabras. Jamás he querido decir nada lo suficientemente estúpido. Pero en ese momento, los impulsos me ganaron y la abracé, y le dije que la había extrañado mucho. ¿Y sabes? La mejor parte es que no me avergüenzo de ello ahora.

No se supone que Debby pueda vivir en el mundo humano demasiado tiempo. Pero ella era mitad humana y mitad demonio, y había la posibilidad de que pudiera elegir entre ser una de las dos, y así lo hizo.

Todos sabíamos que ella moriría tarde o temprano si se quedaba en el mundo humano siendo demonio, así que hizo la segunda cosa más valiente jamás: Renunció.

Debes de estar preguntándote ''¿POR QUÉ HIZO ESO?'' muy alterado y también ''¿Cuál fue la primera más valiente?'', y bien... Lo primero es que, lo que hizo, lo hizo por Julién. Arriesgó lo mismo que yo hubiera arriesgado por ti si tan sólo tuviera la oportunidad.

En cuanto a la cosa más valiente: dejó entrar nuevamente el alma del cuerpo humano que tenía; arriesgándose, sabiendo que tal vez nunca volvería a su cuerpo original pero, gracias a todo lo bueno, sí lo hizo.

Me está comenzando a doler el corazón y estoy sonriendo triste por lo que estoy a punto de escribir pero... tengo qué. Sé que entiendes que tengo que recuperar mi vida y encontrar lo que creo que he perdido.

Tengo que seguir el consejo de una buena amiga:

Tal vez deberías dejar ir a Paul en Alaska y empezar a buscar a alguien que sí te pueda cubrir del frío.

Y créeme, Paul, no es fácil para mí. Me duele hasta en lo más profundo de mi alma porque te amo, y siempre lo voy a hacer. Y sí, vi ese anillo que tenías en tu saco aquel día y sé que es mi culpa que te hayas muerto. Porque fuiste a buscar ese anillo por mí. Y jamás me voy a perdonar por ello, pero hoy... Hoy te estoy dejando ir.

Hoy dejo que tu alma descanse en paz.

Y aunque jamás vas a morir porque siempre estarás dentro de mí y mis nostálgicos recuerdos, sí vas a quitarte ese peso de encima de procurar que yo esté bien.

Lo voy a estar.

Hoy empezaré de cero.

Con amor,

Tu amada Ivonne.

Oscuridad en la luz.Where stories live. Discover now