Cómo llamarte amor II: En susurros.

EXTRA: POST NOTITAS

ADVERTENCIA: Este extra contiene escenas recortadas del manuscrito original que tendrían lugar entre el capítulo 18 y 19 de la novela.

HALEY

Lo primero en lo que pienso al despertar a la mañana siguiente es en lo que pasó anoche con Jayden. En cómo sonó su susurro al decir que está loco por mí. Y sonrío. Porque aún sigue dando un poco de miedo, aún pienso que es complicado y que nuestra amistad debería prevalecer por encima de cualquier otra cosa..., pero ya no puedo negar que yo también estoy un poco loca por él. Que pienso en su sonrisa bastante más de lo que me gustaría tener que reconocer. Que los mejores momentos de mis días siempre son estando a su lado.

Me levanto y me doy una ducha rápida, mientras Piezas se queda durmiendo en la cama un ratito más. Me visto con los vaqueros y un jersey corto, que deja ver la piel del abdomen si levanto los brazos, y me pongo solo un poco de rímel en las pestañas. Me siento más yo de lo que me he sentido en mucho tiempo. Lleva siendo así desde ese fin de semana de descontrol en San Francisco, y me gusta haberme encontrado de nuevo. Estar conociendo y aprendiendo a querer a la persona en la que me he convertido después de todo el año pasado. Me sorprende sentirme tan satisfecha con la imagen que me devuelve la mirada al otro lado del espejo, y sonrío a mi reflejo como siempre debería haber hecho.

Bajo las escaleras a saltitos. Sue y Luke están intentando reconstruir lo que Piezas logró destrozar del árbol anoche, y me dan los buenos días al unísono, los dos en pijama. Creo que Tyler aún no se ha levantado. Y luego entro a la cocina y veo que Jayden está conectando la cafetera. Lleva puestos unos pantalones de deporte y una camiseta ancha de manga corta, aunque ya estemos casi en pleno invierno. Se vuelve a mirarme en cuanto oye mis pasos a su espalda.

Los dos damos los buenos días sin levantar mucho la voz y compartiendo sonrisas de aire tímido. Me acerco hasta donde está y paso la mano suavemente por su espalda, mientras él pregunta si quiero un café. Dejo que mi mano roce la suya cuando me paro a su lado y me estiro para buscar mis galletas favoritas del armario en el que sé que Sue las guarda para mí. Su mano se mueve en sincronía con la mía, acariciándonos los dorsos y entrelazando despacio nuestros dedos, mientras compartimos una mirada muy diferente a las que hemos llegado a compartir antes. Siento las chispas bailar entre su piel y la mía, no en forma de calambre, sino en esa clase de cosquilleo agradable que termina por recorrerme entera.

—¿Hay café para mí también?

Nos apartamos bruscamente, creo que sin ningún disimulo, en realidad, cuando oímos a su madre entrando en la cocina. Sue no dice nada. Pero eso tampoco significa que no se haya dado cuenta de que aquí estaba pasando algo.

El resto del tiempo que permanecemos en casa de sus padres hoy nos lo pasamos lanzándonos miraditas cómplices y tratando de que nadie se dé cuenta. Creo que en eso fracasamos estrepitosamente con Luke, que me dedica guiños de ojo y sonrisitas pícaras cada vez que nos pilla compartiendo miradas. A pesar de todo, me parece que los dos evitamos acercarnos demasiado o quedarnos a solas. Quiero besarlo, eso está claro. Y estoy más que segura de que él también quiere besarme a mí, a pesar de que me impidiera hacerlo hace tan solo dos fines de semana en San Francisco. Entiendo muy bien por qué lo hizo. Por la misma razón que yo no quiero besarlo en casa de sus padres. Por la misma razón por la que no voy a hacerlo de cualquier manera ni en cualquier lugar. Porque los dos queremos que, cuando suceda, sea perfecto. Porque tal vez no sea el primer beso de ninguno de los dos. Pero será nuestro primer beso. Y espero que no podamos olvidarlo nunca.

Jayden me lleva de vuelta a casa con la moto después de comer. He quedado con mis compañeros de piso para montar toda nuestra decoración navideña y me hace mucha ilusión. No es ningún secreto que me encanta la Navidad, ¿no?