EXTRA: LA DUCHA

2.1K 95 32
                                    

ADVERTENCIA: Este extra contiene escenas recortadas del manuscrito original de Cómo llamarte amor 2, que tendrían lugar entre los capítulos 31 y 32 de la novela y posteriormente al extra anterior.


HALEY

Luke abre la puerta con un monopatín debajo del brazo y yo me quedo parada al otro lado, sorprendida de que haya abierto justo cuando iba a tocar el timbre. Sue siempre insiste en que me lleve unas llaves, pero al final nunca lo hago porque sigue sin ser mi casa, por mucho que me digan que soy de la familia.

—¿Adónde vas con eso? ¿Ahora eres skater?

—Tengo más de un talento que tú no conoces —responde, altivo.

Vaya, ¿no se parece cada día más a su hermano? Alzo las cejas, divertida ante su actitud.

—Me encantaría aprender a hacer saltos con esa cosa, ¿me enseñarás?

—A ti te encantaría siempre saber hacer de todo —me acusa, con una risita—. Céntrate, Haley, no se puede ser buena en todo si no eres una Sparks.

—Te está sentando fatal la adolescencia, ¿lo sabías?

Se ríe y eso consigue hacerme sonreír con demasiada facilidad a pesar de su actitud engreída.

—Voy a la pista del parque, pero mejor te llevo otro día, que hoy hace buena tarde y habrá demasiada gente por allí para que me dejes en ridículo cayéndote de culo. Papá aún no ha vuelto y mamá se ha ido a no sé qué, pero Jayden está arriba. Creo que está en la ducha.

Me pone un poco nerviosa cómo me mira cuando dice eso último, con un brillo travieso en los ojos, como si supusiera que yo voy a ir corriendo ahora mismo para colarme en la ducha de su hermano. ¿Qué se ha creído este crío?

Me despido de él a base de gruñidos, y se larga muy divertido y orgulloso de sí mismo por haber conseguido molestarme. Me caía mejor antes, cuando aún no había ligado y era más inocente, ahora el pavo de la adolescencia se le ha subido a la cabeza.

Subo a mi habitación y dejo la mochila que he traído conmigo. Tampoco es que necesite muchas cosas para venir aquí a pasar la noche, tengo más que de sobra y Sue aún sigue comprándome más, para que «esté cómoda» cada vez que vengo, que últimamente es al menos una noche por fin de semana. Queda poco para la boda y sé que Sue se pone menos histérica si estoy aquí para echarle una mano, aunque yo en realidad no haga gran cosa aparte de acompañarla. Mañana es el día de ir a probar el menú, y esa es la razón de que yo haya venido un viernes por la tarde en cuanto he acabado con mi clase de la autoescuela, y el motivo de que Jayden también esté aquí.

Y ahora que estoy aquí y que la casa está en silencio, puedo oír que Jay sigue en la ducha, a través de la pared que comunica nuestros baños. No soy capaz de pensar más allá de unas escasas décimas de segundo, porque es que solo nos separa una pared y yo me muero de ganas de verlo. A la mierda. Total, aquí no hay nadie más que nosotros dos. Ni siquiera he visto a Piezas. ¿Qué es lo peor que puede pasar?

Entro en su habitación y cierro la puerta, dejándolo todo a mi paso tal y como estaba. La puerta del baño no está cerrada del todo, solo entornada, y me acerco hasta allí despacio, sin hacer ruido. Puedo ver su espalda a través de la mampara de cristal y mis ojos no se resisten a bajar un poco más. El agua le lame los músculos y le acaricia los glúteos y yo le tengo envidia. Entro sin hacer ruido, y cierro la puerta del todo, con el máximo sigilo, antes de quitarme la ropa lo más rápido que puedo.

Jayden se vuelve sobresaltado cuando abro la mampara a su espalda.

—Joder, Haley —protesta. Luego pasea los ojos por mi cuerpo, despacio, deteniéndose en cada detalle, y vuelve a hablar con un tono muy distinto esta vez—: Joder, Haley.

Cómo llamarte amor II: En susurros.Where stories live. Discover now