CAPÍTULO 6

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Al despertar me levanto de un solo tirón, lo que provoca que me maree. Sostengo mi cabeza unos segundos, hasta que finalmente el mareo cesa. Luego miro rápidamente a mi alrededor.

— Estoy en —miro bien el lugar—... ¿Mi habitación?

Me levanto de la cama y observo todo a mi alrededor. Nada parece fuera de lugar.

Evoco los recuerdos de la noche anterior y casi me golpeo al darme cuenta de que dije cosas que no debía haber dicho. Y se las dije nada más y nada menos que a él, a Safwan.

— Ay, no pude ser —sostengo mi cabeza y me siento en la cama—. Qué vergüenza. ¿Cómo se me ocurre? —revuelvo mi cabello en un ataque de vergüenza y desesperación—. ¡Ah! ¡No! Dios. Que horror.

— ¿Estás loca?

De pronto esa voz me hace levantarme con rapidez de la sorpresa y el susto. En el camino tropiezo con mis propios pies y caigo al suelo, sobre la alfombra. Allí es cuando escucho una corta risa ronca y sexy que brota de él. Alzo mi mirada y lo veo sentado en el marco de mi ventana de manera relajada y tranquila. Hay una mirada divertida y una sonrisa ladina sobre su rostro.

Mi corazón rápidamente ha tomado un ritmo acelerado.

— ¿Qué diablos haces tú aquí? — pregunto tratando de no sonar escandalosa.

Él ladea la cabeza y me mira fijamente, cosa que me hace sentir pequeña en mi lugar.

— ¿Es así cómo le agradeces a una persona que te ha ayudado a volver a casa sana y salva? —pregunta con un tinte juguetón tiñendo su atractiva voz—. Tal vez debí dejarte caer allí afuera ayer en la noche. Y que se te congelase el culo con el frío de mierda que estaba haciendo.

« Vaya, vaya. Pero qué sutil.»

Hago a un lado el pensamiento sarcástico.

— ¿Me habrías dejado allí después de verme? —cuestiono. Al parecer mi pregunta lo toma desprevenido, pero rápidamente lo disimula.

— Tal vez.

— Algo me dice que no.

— Ese algo cómo qué te dice cosas que no son. Me preocupas —hace ver cómo si estuviese realmente preocupado, pero sé que no es así. En realidad se está burlando de mí.

— Yo también me preocupo a veces —le sigo la corriente, pero sin verlo directamente a los ojos. Ya he descubierto que verlo directamente a los ojos me hace sentir extrañamente nerviosa—. Eh, por cierto... Gracias por traerme a casa ayer. Realmente me sentí mal. No sé qué sucedió conmigo.

— Eres débil. Eso fué lo que sucedió —responde cómo si nada.

— Ah, vale. Gracias.

— Es la verdad —asegura con firmeza—. Sin embargo, no eres cobarde. De lo contrario, no habrías ido hacia la entrada del bosque ayer en la noche.

— Necesitaba respuestas —le hago saber sin mucho ánimo.

— ¿Respuestas sobre qué? ¿De cómo crecen los árboles, o qué? —pregunta de manera burlona—. Aunque me da la sensación de que los árboles no hablan nuestro mismo idioma. No creo que les hubieses entendido.

— Deja de burlarte de mí. Hablo en serio —respondo al soltar un suspiro. Me levanto del suelo y vuelvo a sentarme en mi cama—. Necesitaba una respuesta de eso...

— ¿Eso? ¿A qué te refieres con "Eso"? —pregunta con fastidio.

Me doy cuenta de que con "Eso" me refiero a las sombras oscuras. Esas que parecen seguirme.

Sombras Oscuras: ¿Quién es Safwan?Where stories live. Discover now