CAPÍTULO 24

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Al día siguiente:

Una vez más salgo de la cabaña.

Mi vista se posa sobre un extraño e interesante rubio de ojos extraordinarios.

Él luce demasiado concentrado en cortar leña.

«Pensé que ya había cortado suficiente leña.»

Al ver a un lado, noto que es demasiada leña la que ya ha cortado el día de hoy. Es cómo si llevase demasiadas horas haciendo lo mismo.

En ésta ocasión sí lleva algo que cubre su torso, se trata de un suéter de mangas cortas y cuello de tortuga negro. Lleva jeans oscuros y botas de cuero.

«Es la misma ropa con la que llegó en la madrugada.»

Me quedo allí mirándolo.

Él debe saber que estoy aquí afuera. Por lo general siempre me percibe. Sin embargo, noto que no me ve. Ni siquiera me echa una mirada.

Cuando tengo la intención de decir algo en su dirección,  Safwan se detiene abruptamente de cortar leña.

Mira hacia los alrededores. Lo observo hacer una mueca de molestia y murmurar algo. Luego con rapidez corre hacia la entrada de la casa y me ve.

— Levántate. Corre —dice, tomándome por sorpresa. Me jala de un brazo, haciendo que yo me levante de manera descuidada. Casi caigo, pero él me estabiliza y me lleva hacia adentro con rapidez.

— ¿Qué? —pregunto desconcertada cuando subimos las escaleras— ¿Qué sucede?

Él parece tener demasiada prisa, por lo que en un impulso me levanta y me coloca sobre su hombro cómo si yo fuese un costal de papas.

— ¡¿Safwan, qué pasa?!—pregunto con molestia al estar en la posición en la que me tiene.

— Ellos están aquí —anuncia.

Me tenso.

— ¿Quiénes?

Hago tal pregunta aún cuando me hago una idea de a quién puede estar refiriéndose.

— Alastair y Eric. Hay más personas con ellos. Posiblemente quiénes están a cargo de buscarte en el Clan.

— ¡¿Qué?!

Eso me habría alegrado en otro momento, quizás. Pero ahora que sé lo que sé de ellos, me aterra.

— Soy un estúpido —se queja—. Estaba tan absorto en cortar leña, que ni siquiera los percibí hasta que estuvieron tan cerca. Y para mi desgracia, cuando me giro, tú estás allí afuera.

Un momento.

— ¿Tampoco te habías dado cuenta de que yo estaba allí afuera? —pregunto agitada.

— No. Realmente no estaba prestando atención a nada a mi alrededor. Bajé la guardia.

— Mierda —suelto al sentir que mi abdomen duele con los movimientos de Safwan.

Cuando llegamos arriba, a la habitación en la que se encuentra el pasadizo secreto, él me suelta y me mira. Yo tengo que alzar bastante mi rostro para poder hacer lo mismo y verlo directamente a los ojos.

— ¿Y siempre haces eso?

— ¿Qué? —pregunta al moverse a un lado y arrastrar el librero pesado de madera.

— Bajar la guardia.

— Nunca. No sé qué demonios pasó conmigo hoy —responde, y luego de mover el librero cómo si esa cosa pesase lo mismo que una pluma, me señala hacia dentro con el mentón—. Entra.

Sombras Oscuras: ¿Quién es Safwan?Where stories live. Discover now