Sombras Oscuras: ¿Quién es Safwan?

CAPÍTULO 25

Despierto algo desorientada.

Me siento y observo todo a mi alrededor.

Estoy sentada sobre una gran cama repleta de blancas y cómodas mantas.

Me encuentro dentro de una habitación bastante espaciosa. No es inmensa, pero sí es grande.

Tomo una respiración profunda, notando que el lugar está impregnado del delicioso y fresco aroma de Safwan.

A diferencia de la habitación de la cabaña del bosque, éste lugar es mucho más moderno y elegante. Los colores que predominan en el área son el beige y el blanco.

Todo luce inmaculado, puro y pulcro. Es asombroso cómo los colores claros y cada detalle en la habitación crean una armonía y una elegancia perfectas.

Me gusta demasiado. Hacía mucho tiempo que no veía un lugar que me resultase tan bonito, cálido y elegante de ésta manera. Nada es extravagante. Todo es sutil y delicado.

«¿Realmente es aquí dónde vive Safwan?»

Decido levantarme de la cama, y al hacerlo me percato de qué, no hay frío. El lugar es cálido de manera reconfortante.

Luego bajo mi mirada y observo una alfombra suave y blanca bajo mis pies, lo que bloquea instantáneamente el contacto directo de mis pies contra el piso.

Una vez más observo la habitación y al hacerlo, mi mirada se topa con lo que parece una ventana cubierta; al acercarme a ésta y correr las cortinas claras y largas que la cubren, mi mirada se clava sobre el bonito panorama que me recibe desde allí.

A calcular por la altura, podríamos estar en un piso siete u ocho.

Luego de ojear por allí, camino hacia una puerta bastante alejada; la abro y entro. Doy un vistazo y noto que se trata de un baño. Es grande, y tal cómo la habitación, está perfectamente impecable. La iluminación es grandiosa y huele muy bien.

«Esta no es tu casa, Eris. Ten un poco más de respeto.»

Me obligo a abandonar mi curiosidad cuando me doy cuenta de que voy directo a lo que parece un gran armario con puertas de madera.

Opto por salir de la habitación cuando siento que puedo estar husmeando en lo que no debo. Al cerrar la puerta detrás de mí me topo con un largo y amplio pasillo que me lleva a una espaciosa sala.

Miro todo a mi alrededor. La sala conecta con un pequeño comedor. Luego está la cocina que también es bastante amplia.

El lugar definitivamente es espacioso, elegante y armonioso. Todo está perfectamente en orden. Huele delicioso y se ve sin una mínima pizca de impureza.

Ahora siento cómo si con solo respirar o dar otro paso, puedo estropear la perfección del ambiente.

Nunca imaginé que Safwan tuviese un gusto tan... Refinado.

«Fué un jodido príncipe, Eris. Vivió en un palacio, probablemente. Además, es Kyriemse. Raro sería que no tuviese sentido de la elegancia.»

— Es cierto. Él...

Interrumpo mi voz al escuchar una puerta cerrarse en el pasillo.

Me giro rápidamente y veo en esa dirección solo para observar a Safwan saliendo de una habitación. Parece haberse dado una ducha. Viene sin camisa. Su cabello húmedo lo viene secando con una toalla. Está descalzo y solo viste unos pantalones deportivos en color blanco.

«Demonios.»

Trago duro al verlo y me obligo a dejar de comermelo con la mirada.

— Pensé que despertarías más tarde. Aún es un poco temprano —es lo primero que dice.