CAPÍTULO 7

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— ¿Te gustaría ir conmigo a una fiesta en Solveig Central? —pregunta Eric frente a mí en la mesa, durante el desayuno.

Le echo un vistazo y luego a mis padres, quiénes al parecer no le prestan mucha atención al asunto.

— ¿Mariah puede ir con nosotros? —pregunto. Lo noto hacer una mueca de fastidio. Es evidente que mi mejor amiga no le agrada mucho a mi hermano.

— Si así te haré ir conmigo, entonces está bien. Puedes invitarla.

Asiento.

— Perfecto.

— La fiesta es hoy. Estén listas a las 7:00pm. Saldremos de aquí a esa hora para llegar a una buena hora allí.

— Vale. Estaremos listas.

— Bien, entonces nos vemos a esa hora —luego él se levanta al terminar su desayuno—. Me voy ahora. Hasta luego, mamá. Papá, te veo en la compañía más  tarde.

— Hasta luego, cariño. Cuídate —responde mi madre hacia Eric.

Mi padre solo le da un asentimiento con la cabeza, mientras lee el periódico.

— Eris —mi padre llama mi atención—. Si irás a esa fiesta hoy, espero que te comportes cómo toda una señorita.

« ¿Y si no me da la gana de comportarme cómo una señorita qué van a hacer, castigarme?»

Quiero decirlo, pero me contengo.

— Por supuesto, padre. Seré cuidadosa —me obligo a responder.

— Excelente.

Miro a mi madre, quién tiene su mirada posada sobre mí cómo si estuviese tratando de leerme. Yo por mi lado, dedico mi tiempo a terminar mi desayuno solo para después huir lejos de casa.

Definitivamente, desayunar cuando no estamos todos en la mesa es menos incómodo. Desayunar con Mariah es mejor. O incluso, es mejor desayunar con mi madre cuando no están Eric y mi padre.



— Bien. El lugar está bonito. Pero la gente parece que está loca. No sé. Cómo que drogada o demasiado pasadas de copas para ser tan temprano —menciona Mariah a mi lado. Estamos en uno de los balcones de la mansión del sujeto que organizó la fiesta a la que mi hermano fué invitado.

Es dónde mejor se puede estar. La música dentro de la mansión, en el primer piso, está a todo volumen. Retumban las paredes de lo fuerte que se escucha. Desde nuestro lugar podemos ver a los que se encuentran en el patio trasero, cerca de la enorme piscina que posee la mansión. Las personas bailan, se ríen, gozan, beben, se besuquean y se manosean. Es todo un espectáculo desde nuestro punto de vista.

— Pero parecen estarla pasando muy bien. Además, la música es buena —destaco cómo punto importante.

— Bah, yo lo que tengo es hambre —se queja ella—. Vamos abajo a ver qué encontramos en la cocina. Con éste despelote, dudo que alguien se de cuenta de que le falte algo en la cocina. Incluso, creo que si se llevan el costoso cuadro que está en la sala, nadie se daría cuenta. O no, quizás sí. Esos cuadros son muy costosos.

— No sabía que te interesaba el arte y esas cosas a tal punto de saber eso. Me sorprendes —bromeo.

— Ahg, tonta  —ella me da un empujón—. Obviamente me interesa. Mi tía Rachel tiene varios cuadros de esa misma artista en la mansión Ashes. Incluso en mi casa hay un cuadro que ella le dió a mamá de regalo de cumpleaños. Mamá ama ese cuadro con su vida.

Sombras Oscuras: ¿Quién es Safwan?Where stories live. Discover now