La belleza sólo puede ser una máscara de maldad sobre todo si tú madre es Alicent hightower ¿pero que pasa si la sangre que corre por tus venas es la de Daemon Targaryen?
Los días pasaron mientras hacían los preparativos para la boda de la princesa Alice Targaryen y el príncipe Aemond Targaryen.
En los aposentos de Alice su madre la reina Alicent le estaba acomodando el vestido verde para su boda.
—Te vez hermosa—dijo ella.
Alicent acomodo el cabello de su hija para que no se le notara la cicatriz.
—¿No crees que voy muy joven para casarme? madre—preguntó Alice.
—Quizás, pero no todos escogen su destinó —respondió—Es tu deber casarte... cuando tengas a tu primer hijo te olvidaras de todo.
—Pero aún no puedo tener hijos.
—En el futuro los tendrás no te preocupes.
En los aposentos de Aemond el estaba mirándose en el espejo acomodando su ropa.
—¿Como me veo Aegon?—Preguntó Aemond.
—Te vez ridículo—respondió el.
Aegon sirvió otra copa de vino y se la entregó a Aemond.
—Yo no bebo Aegon, y hoy menos—dijo el.
—Vamos solo un poco... hay que brindar, por que voy pronto mi hermano será un hombre—Dijo el.
Aemond asintió de mala manera y chocó su copa con la de Aegon y tomó un poco pero arrugó el rostro y dejó la copa sobre la mesa.
Las horas pasaron los invitados comenzaron a llegar. Los Velaryon, la casa Lanister, la casa Strong, la casa Hightower y el resto de la familia Targaryen.
Con las palabras de bienvenida del rey Viserys todos comenzaron a comer y ha hablar entre sí.
—¿Estas bien?—Preguntó Aemond—¿acaso no estas feliz? Te vez desanimada.
—Claro que estoy feliz—respondió Alice—Solo no tengo hambre.
Aemond asintió y comenzó a hablar con Aegon, Alice miraba a su alrededor ella se encontró con la mirada de Larys Strong se sintió un poco incómoda y desvío la mirada.
Ese hombre siempre la estaba viendo cada vez que podía Alice pensaba que en algún momento se cansaría y si no lo hacía probablemente si Aegon se entera lo mataría por molestar a su hermanita como el siempre decía.
Aegon siempre la protegía a pesar de ser un borracho y mujeriego el la veía con ojos diferentes a como veía a las demás mujeres sentía que debía protegerla de todos si era necesario ella era su rayito de luz en la oscuridad.
Por otro lado Helaena estaba con una mirada perdida como siempre. Su madre vigilando que todo estuviera bien desde su asiento al lado del rey, Rhaenyra estaba estaba mirando a sus hijos hablar, Daemon y sus hijas permanecían en silencio , después del golpe que Alice le dio a una de las gemelas seguramente le guardaban un gran rencor pero ella se lo buscaron y pues su padre luchando por su vida en un asiento. Que gran familia y con una buena voluntad.
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El vestido de Alice
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