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Alice estaba presenciando cómo Rhaenyra contemplaba el pequeño cuerpo de su hija arder en el fuego. La pena la había abandonado; en su lugar, un desapego frío se apoderaba de ella. Rhaenyra, inadvertidamente, había contribuido a alejar a Jacaerys, y Alice no tenía idea de dónde estaba su hijo Rhaegon.

De repente, Aerry apareció y se acercó a Alice. La princesa se sorprendió al verlo hace días no sabía de él, Aerry le susurró algo al oído.

—Rhaenyra, entregó al príncipe Rhaegon a los verdes.

La sangre de Alice hervía al escuchar esas noticias como pudo Rhaenyra entregar a su nieto, cuando estaba a punto de decir algo.

En ese momento, un Ser se arrodilló ante Rhaenyra y sacó una corona de un bolso de cuero; era la corona del difunto rey Viserys.

—Juro proteger a la reina. Daría mi sangre por ella—Dijo él.

Alice miró al hombre sorprendida cuando Daemon tomó la corona y se se acercó a Rhaenyra para colocársela seguido se eso arrodilló ante Rhaenyra.

—Mi reina.

Todos comenzaron a arrodillarse ante la nueva reina rindiéndole homenaje, pero Alice, en lugar de ceder, permaneció de pie, mirándola fijamente. La entrega de su hijo había despertado al dragón dentro de ella.

Rhaenyra y Alcie se veían de manera diferente ya no eran las mismas de hace un tiempo, Jacaerys observó de reojo a Alice, quien se alejaba. A pesar de su deseo de seguirla, su madre le dijo que ella era una traidora y tenía tenía alejarse aún que la seguía amando.

Alice se subió al lomo de Vhaelor. Aerry intento detenerla.

—Princesa, no lo haga.

—Ve por Visenya. Ve a Dorne en un barco. Iré cuando recupere a Rhaegon.

Aerry asintió, y Vhaelor comenzó a volar hacia King's Landing Alice estaba decidida a recuperar a su hijo, y estaba dispuesta a usar el fuego de su dragón si era necesario. Los minutos pasaron, y Alice se acercaba a la capital. Una flota apareció en el mar para defender la fortaleza, lanzando flechas en un intento de derribar al jinete. Sin embargo, Alice, enfurecida, dijo.

—Dracarys.

Vhaelor comenzó a quemar toda la flota y se dirigió hacia la ciudad.

Desde el balcón de la habitación del rey, Otto miraba todo. Palideció al ver a Alice quemar una parte de la ciudad y acercarse al castillo a gran velocidad.

Alice bajó de su dragón, y Aemond, con expresión preocupada, sin decir una palabra, tomó la mano de Alice y la condujo a una habitación. Allí, dejó que la princesa se acercara sola a la cama. Cuando Alice llegó, vio a Rhaegon y pensó que estaba dormido. El tocar su cabeza y lo miró por unos segundos, se dio cuenta que el pequeño no respiraba. Rápidamente, miró a Aemond, quien bajó la cabeza.

Alice comenzó a sacudir a Rhaegon con desesperación para para despertará  pero él no se movía. Las lágrimas brotaron de los ojos de Alice mientras miraba el cuello marcado de Rhaegon. Su pequeño e inocente hijo estaba muerto. Ella lo cargó en brazos y salió de la habitación, encontrándose con Alicent y Otto. La mirada de Alice parecía estar en llamas; quería matarlos allí mismo, pero decidió marcharse.

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¿Innocent beauty? -Jacaerys Velaryon- #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora