¿Innocent beauty? -Jacaerys Velaryon- #1

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Rhaenyra se acercó a Viserys a paso lento, definitivamente el no estaba bien su rostro estaba cubierto casi por la mitad con una venda, hace un par de años no se vea tan fatal.

—¿Quién está allí?—Preguntó Viserys.

—Padre, soy yo Rhaenyra—Respondió ella—Estoy aquí con Daemon.

—Daemon... Daemon... vi a mi hija, tiene los ojos de nuestra madre. A pasado tanto tiempo.

—La serpiente marina sufrió una grave herida en batalla en Los Peldaños De Piedra—Dijo Daemon.

—¿Cuando? Tu ganaste esa guerra hace años—Respondió Viserys confundido.

—La triarquira ha resurgido, y la pelea que reavivó.

Alicent intentaba levantar a Aegon completamente enojada por lo que había pasado con la doncella hace un rato.

—¡Levántate! ¡Aegon!

Ella le quito las sábanas el estaba sin nada de ropa puesta, Aegon se revolvió sobre la cama y se volvió a tapar.

—Madre ¿que sucede?

—¿¡Eso es todo lo que puedes decir!?—Preguntó Alicent.

—¿Acaso paso algo?

—Dyana, la joven sirvienta!—Respondió ella y Aegon en respuesta solo bostezo—Por los dioses ¡la joven Aegon! ¡la que hiciste que huyera de tu compañía!

—Solo nos divertíamos—Aegon se frotó los ojos—No tienes por qué enojarte.

—¡Piensa en la pena para tu esposa! ¡Para mí! ¿Como puedes seguir comportándote así en un día como este?

Aegon se levantó rápido y preguntó que día era, Alicent le dio un bofetada, estaba arta de el comportamiento de Aegon todo el tiempo era lo mismo.

—Tú no eres hijo mío—Dijo Alicent acercándose a su rostro.

Alicent se alejó de el dispuesta a irse pero Aegon se levantó y la detuvo.

—Yo no pedí esto—Dijo—He hecho todo lo que me has pedido y he tratado... lo he intentado pero nunca seré lo suficiente para ti o para papá.

—Han disto a Dyana... ella debe vestir a los niños—Preguntó Helaena llegando a la habitación.

Alicent corrió hasta Helaena y la abrazo, su hija era tan inocente que nunca se daba cuanta de nada, solo esperaba que no se enterara de lo que pasó
Minutos después Alicent apareció en los aposentos del rey allí estaba Rhaenyra y Daemon hablando.

—Mi padre se ve como una persona diferente—Dijo Rhaenyra.

—Princesa Rhaenyra y Príncipe Daemon a pasado mucho tiempo después de que nos agraciaron con su presencia—dijo mirando la cicatriz en el brazo de Rhaenyra.

—Así es, majestad—Respondió Rhaenyra.

—Pero no lo suficiente para ameritar un bienvenida en nuestra llegada—dijo Daemon.

—Estoy segura que la reina tiene asuntos apremiantes amor—respondió ella—Que sabemos de gobernar un reino.

—No lo gobierno, como bien saben—dijo Alicent—Mi padre y yo representamos ya voluntad y sabiduría del rey.

—¿Y como se expresa esa sabiduría? ¿ah? ¿Con giños y resoplidos? Me sorprendería que recordará su propio nombre o si ustedes pueden—dijo Daemon.

—La condición del rey a empeorado desde la última vez que lo vieron—respondió la reina.

En ese momento entro Alice y todos se quedaron en silencio.

—Lo siento, yo buscaba a mi esposo, me dijo que estaría en el patio, pero no lo encontré creí estaría aquí—dijo Alice.

—Jacaerys esta con Helaena en sus aposentos fue a visitar a los niños.

Alice asintió cuando estaba apunto de irse escucho a su madre y a Daemon llamarla.

—Alice—Dijo Alicent

—Daenys—Dijo Daemon.

Alicent miró a Daemon enojada largo se dirigió hacia su hija.

—Cariño, ve con Helaena ella preguntó por ti—Le dijo Alicent.

Alice asintió y se marcho, su madre y Daemon vivía peleando por su atención y ella lo estaba notando. Alice se quedo en la puerta por si decían algo más.

—No quiero verte cerca de mí hija, ya hiciste suficiente al dejarla casarse con el príncipe Jacaerys.

—Recuerdas que también es mi hija Alicent, tú no vas a decirme si puedo estar con ella o no—Respondió Daemon.

Alice palideció al escuchar lo que dijo Daemon, quizás ella había escuchado mal, era imposible pero si era verdad su comportamiento tendría sentido.
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