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-Oye, Dawn -Lynn dijo mi nombre desde lejos, hizo que los tres la volteáramos a ver, antes habíamos pasado unos buenos minutos viendo fotos antiguas de Fran, él decía que era el niño mas bonito que yo llegaré a ver. La verdad, es que ese es Collin.

-¿Si? -le pregunté a ella.

-Tu hermano te habla. -se acercó a nosotros y me extendió el teléfono que tenía consigo. Lo tomé.

-¿Hola? -pregunté, probablemente me llamaba para decirme que tenía que ir a casa ya.

-Mi madre dice que invites a Fran, Lynn y su madre a comer con nosotros. -bueno eso no me lo esperaba, me parecía muy rápido todo, que las suegras se conozcan tan pronto.

-¿Por qué? -pregunté confundida. Fran y su madre me miraron atentamente, Lynn ya ni estaba, suponía que había ido a buscar sus cosas para irse

-Dice que ya que somos prácticamente familia todos, es hora de pensar en los negocios. -respondió mi hermano.

-¿Cómo que negocios?

-Los nietos Dawn, los nietos -soltó abruptamente-. Oye, tengo que colgar para limpiar mi habitación, nos vemos.

Colgó antes de que pudiese decir algo; recuerdo haberle dicho a mi madre que se relajara pero creo que se lo tomó muy en serio. Miré a Fran.

-Están invitados a nuestra casa -le conté lo que dijo Collin, excepto la parte de la futura descendencia, si se lo decía no me dejaría en paz y se emocionaría demasiado.

Él me miró sorprendido, su madre sonrió y se fue para cambiarse de ropa. El rubio también hizo lo mismo, no sin antes ofrecerme a acompañarlo y ayudarlo con eso; solo para ver qué hacía le dije que sí.

El tipo se sonrojó y salió corriendo.

Me quedé esperando en la sala al menos unos diez minutos hasta que todos aparecieron. Cuando llegamos a la cochera ví mi auto ahí, Fran básicamente me forzó a dejarlo con el pretexto de que siempre podía volver por el y pasar otra noche aquí.

Él conducía su coche con su madre de copiloto mientras Lynn y yo íbamos en la parte de atrás.

-¿Ya te aprendiste el camino? -habló la niña a mi lado.

-Si, la verdad es que ayer fingí que no para que tu hermano fuera por mi. -confesé, pensé que si realmente iba a por mi eso significaba que aún tenía oportunidad con él, y así fue.

-Vaya, estás aprendiendo. -sonrió Lynn.

Llegamos a mi casa y noté al entrar como Collin corría de un lado a otro limpiando cosas de la casa. Mi mamá lo miraba extrañada y ella en cuanto nos vio se presentó con la madre de Fran.

-Soy Adeline. -mi madre dijo su nombre y estiró su brazo para saludar.

-Lucille. -respondió mi suegra. Ambas como adultas que son se movieron a una parte de la casa y sospecho que se pusieron a criticarnos en secreto.

-¿Por qué nunca me dijiste el nombre de tu madre? -preguntó Fran en mi oído.

-Nunca preguntaste -dije encogiéndome de hombros.

-Es mi suegra, tengo que ganármela.

-Creo que desde la vez en la que lavaste su auto tienes un lugar en su corazón.

-Me gané primero el de tu madre, que inaudito.

-Que te puedo decir, lo mejor es lo difícil. -me lo llevé de la mano a mi sala para poder platicar, normalmente ya estaríamos en mi habitación pero no quería causar una mala impresión; nos sentamos en un sillón uno al lado del otro.

-Tú no eras difícil, eras imposible. Que suerte que yo, el siempre bondadoso Fran, tiene una paciencia extrema. -se quedó en silencio y bajó la mirada para ver nuestras manos, él había estado jugando con ellas todo el rato-. Tengo una pregunta, ¿por qué te confesaste de esa manera?

-No lo sé, solamente dejé de pensar y lo hice, probablemente deba dejar de analizar tanto las cosas. 

-Analizame a mi en su lugar. -pidió de forma obviamente sugestiva. 

-Contrólate ahí, Fran. ¿Qué pensará Adeline de ti? -su mamá habló desde el otro lado de la habitación, aparentemente escuchaban lo que decíamos. Al menos no dijimos algo comprometedor.

-Estoy bastante seguro de que ya quedó claro como soy.

-¿Lo dices estando tan orgulloso, descarado? -se burló mi madre, el rubio se rió nerviosamente y como fue regañado me reí de él-. Tú ni te rías, adolescente con hormonas alborotadas.

-Estás celosa porque eres soltera. -dijo Collin, se la había pasado en la entrada de la casa hablando con Lynn desde que ella llegó, después de decir eso él y su novia subieron corriendo y riendo.

-Lo peor es que es cierto. -admitió mi mamá, luego continuó hablando con Lucille acerca de sus romances fallidos y los divorcios.

Fran me contó que su madre no había salido con nadie desde que rompió con su padre, me había estado preguntando porque se separaron pero no quería ser indiscreta. Yo seguí platicando con mi novio acerca de sus tendencias hippies, él trataba de convencerme para conocer a sus amigos; los chicos del semáforo y así ayudarles a lavar parabrisas.

Le dije que no.

Al menos una hora después ya nos encontrábamos comiendo con todos. Hubo un momento en el que la mamá de Fran se levantó de la mesa para atender una llamada, cuando regresó estaba visiblemente enojada.

Dijo que debía irse rápido para ver a un perdedor que quería verla, se fue en taxi porque sus hijos aún no deseaban irse y dijo que no quería que ellos se preocuparan.

Al final del día, antes de que se hiciera tarde decidimos que debíamos de irnos, yo para ir por el auto y Fran porque quería ver que todo estaba en orden con su mamá.

Cuando llegamos noté que en la cochera había un carro extra que nunca había visto, Lynn y Fran se le quedaron viendo a dicho auto para después mirarse entre sí con preocupación. Entraron rápido a la casa conmigo siguiendolos detrás, ambos se detuvieron de golpe y choqué con la espalda del rubio.

-¿Y quién es esa señorita? -una voz masculina habló, no sabía de quien era así que me asomé para poder verlo. Sentado en frente de Lucille estaba un hombre rubio muy parecido a Fran, y me estaba sonriendo.

-Es mi novia. -respondió Fran, después pasó su brazo por mis hombros y me pegó a él. Yo lo había visto molesto una vez, pero ahora era mucho peor.

-Oh. -respondió el hombre, sonrió y dirigió su mirada a Lynn- ¿Cómo estás tú, cariño? -le preguntó a ella. La niña lo ignoró enojada y caminó rápido a las escaleras para ir a su cuarto. El señor se rió levemente

-Es como tratar con una pequeña versión tuya. -le dijo a Lucille. Dejé de prestarles atención para poder hablar con Fran a mi lado.

-¿Quién es? -le pregunté en voz baja, para que los adultos no escucharan.

-Mi padre. -respondió con una notable molestia en su voz.

Volví a mirar al padre de Fran e inmediatamente tuve un mal presentimiento.

Se supone que después de la tempestad viene la calma, ¿no?

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No pues jeje, quedan más capítulos de los que pensaba. Si hay un error me avisan por fa :v

Dedicación especial para:

DaisyHerrera5

kangy-

ximena1790 (feliz cumpleaños atrasado 🎉🎉💕)

No me laves el autoWhere stories live. Discover now