Capítulo 1

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Capítulo 1

Realmente no sé en que estaban pensando mis padres cuando me pusieron este nombre, pero eso es un tema para otra historia, porque conociendo a mis padres tendría para rato.

A lo que íbamos, perdóname, pero soy de esa clase de personas que para contarte una cosa tengo que contártelo con pelos y señales. Así que te aconsejo que te pongas cómodo, porque mi historia no se cuenta en tres páginas.

Empecemos por el principio, que es por donde se debe empezar.

Todo comenzó hace tres años. Estaba terminando de cursar la carrera de empresariales, la cual me traía por el camino de la amargura. Había dejado mi hogar atrás, a mis amigos y familia. Me tuve que buscar un trabajo en un restaurante de comida rápida para poder costearme los estudios. Nada era fácil y todo iba cuesta abajo. Mi pareja por aquel entonces, Adam, había tomado la decisión de engañarme con todo ser que se le pusiera por delante. Lo cierto es que ni siquiera me sorprendió cuando me enteré. Era algo que ya tenía asimilado, supongo.

Tras las vacaciones de navidad y volver a la rutina, fue cuando encontré aquel papel rosado, pegado en una farola, que cautivó mi atención: "Se buscan mujeres de mentes abierta para trabajar de operadoras". Mi mano fue más veloz que mi cerebro y arrancó el trozo de papel, metiéndolo en mi bolso. Los días pasaban y mi mente olvidó aquel anuncio, hasta que un día, uno de esos días en lo que todo lo ves gris y tu cuerpo te pide enroscarte en la cama y no levantarte; ese papel cayó al suelo de mi habitación como por arte de magia.

No te voy a mentir y te voy a decir que me paré a pensarlo. Llamé inmediatamente y para mi sorpresa, la mujer al otro lado de la línea se quedó encantada con mi voz, tanto que me dio cita para la entrevista al día siguiente.

Aquella mañana me desperté como si adivinara que mi vida estaba a punto de cambiar. Desde que entré en aquel lugar me quedé fascinada. Dania, la mujer que me había respondido la llamada el día anterior, era la jefa y amablemente me explicó cuál sería mi labor. A día de hoy sigo pensando que esperaba que saliera de allí despavorida, pero aquel mundo tenía algo que me hizo aceptar el trabajo sin duda alguna.

Obviamente dejé mi antiguo empleo sin remordimiento alguno. Es más, disfruté el momento que entregué aquel delantal, sabiendo que nunca más tendría que ponérmelo.

Empecé en la línea inmediatamente. Escuché atentamente los consejos de mis compañeras y me dispuse a contestar mi primera llamada. Nunca olvidaré ese momento. El sonido del teléfono se metió en mis oídos y una mezcla de ilusión y nervios se instaló en mi estómago. Lo cierto es que esa primera experiencia no duró mucho. El pobre hombre solo quería llegar a su punto de éxtasi... lo cual no me costó demasiado.

El tiempo pasaba y cada día me gustaba más lo que hacía. No tenía demasiada dificultad en fingir una escena erótica cuando en realidad me ocupaba de los estudios, me pintaba las uñas o cualquier otra cosa. Dania me había dicho el primer día, que los hombres eran sencillos, solo buscaban dos cosas en aquel lugar, atención o fantasía. Cosas que no tuvieran en sus hogares. Y no tardé en darme cuenta de cuánta razón tenía. No había secretos. Ellos buscaban sexo o conversación.

Pero en toda regla existe una excepción. Y esa excepción fue él.

Continuará... 

¿Hola? Línea eróticaWhere stories live. Discover now