¿Hola? Línea erótica

Capítulo 10

Capítulo 10

—¿Cómo sabes mi nombre? — Le increpé.

—Ya te he dicho que te conozco muy bien.

Las personas normales y con sentido común huirían. A estas alturas ya sabes que no dispongo de ningunas de las dos cosas.

—¿Quién eres? ¿Y cómo sabes quién soy?

Incluso a través del teléfono noté como sonreía. Era algo extraño.

—Desde que oí tu voz supe quién eres.

—¿Por qué no me lo habías dicho? ¿Por qué ahora?

—¿Habrías aceptado mis llamadas o habrías huido?

Me mordí el interior del cachete, tragándome la respuesta. Sabía que, si en un principio me habría dicho mi nombre, no hubiera hablado con él.

—Veo que acerté— Dijo con un tono amargo.

—¿Y porque me lo dices ahora?

Lo cierto es que no entendía nada. Si el me conocía ¿yo lo conocía a él?

—Porque me he dado cuenta que tienes que saberlo. Y elegir si quieres que desaparezca o que me quede.

—¿Preguntarte quién eres sería una pérdida de tiempo? — Sabía la respuesta antes de que me la diera. Pero no perdía nada por intentarlo.

Se le escapó una pequeña risita que calentó la parte izquierda de mi pecho.

—Siempre has sido muy curiosa. No te importaba quemarte con tal de conocer. Pero por ahora, si no te importa, prefiero seguir siendo Heracles.

Claro que me importaba. Quería saber quién era. Quería saber cómo olía, como era sus ojos y sus labios. Pero sabía que tenía dos opciones; conformarme con Heracles o quedarme si él.

—Es un poco injusto que tú sepas quien soy y yo no sepa nada de ti.

—Te prometo que, llegado el momento, sabrás que soy. Solo quiero asegurarme de no saldrás corriendo.

—¿Qué te hace pensar que lo haré?

—Simplemente me gusta atar bien los cabos—. Supe que volvía a sonreír — Por ahora veo que no lo haces. ¿Puedo tomármelo, como que quieres que siga aquí?

Inhalé todo el aire que fui capaz.

Si te soy sincera tenía clara cuál iba a ser mi respuesta. Pero hay que darle un poco de dramatismo al asunto, tampoco quería que me viera rendida a sus pies.

—Tú mismo lo has dicho. Soy curiosa. No me importa quemarme.

Y por él estaba dispuesta a arder en la hoguera.

Continuará...