Capítulo 12-Murmullos.

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Ronald permanecía dormido entre las sábanas de nuestra cama, agitando los brazos violentamente mientras farfullaba palabras sin sentido a la vez que movía la cabeza de un lado al otro de la almohada.

Desperté al notar un frío golpe en el costado y al girarme vi a mi marido sufriendo una de sus más habituales pesadillas—hay que decir que solo eran habituales para él, ya que yo nunca lo había visto estando de ésta manera—parecía tan débil y frágil...

Estiré la mano para alcanzar la pequeña luz de la mesita de noche y poder iluminar la oscura habitación, despertar a mi marido entre oscuridad habría alcanzado la línea de la crueldad.

Rocé su blanca mejilla con mi mano en un intento de sacarle de sus pesadillas de forma agradable, mas al ver que no sería posible tuve que acercarme.

—Ron...Hey.Despierta, cielo—Su rostro parecía contorsionarse ante mis palabras,se despertaba—Ha sido una pesadilla,tranquilo.Ven, acércate y cuéntamelo—dije mientras él movía su cuerpo hacia mí con unos ojos llenos de terror y se acurrucaba en mi hombro.

Al posar su cuerpo junto al mio pude notar como su corazón latía a mil por hora.Le pedí que me contara su sueño con lujo de detalles, él asintió y empezó su explicación, la cual no duró más de unos minutos y solo entendí tales cosas como: 'La gran sala negra y vacía otra vez, la que no aparece en el mapa. ¿Comprendes? ' Asentía una y otra vez mientras escuchaba aquello que para mí carecía de sentido. 'Hermione está en peligro,no me cabe duda', 'Puedo ver el miedo en sus marrones ojos'

—Está bien...—dije acariciándole el pelo—¿Quieres visitar a Hermione, Ron?—después de mi pregunta solo hubo silencio—¿Es lo qué quieres?—el pelirrojo asintió dejándose caer otra vez en la almohada.

Cerré la pequeña lámpara y miré el reloj digital que me informaba de la hora en la oscuridad, sus números brillaban a consecuencia de que estaban creados con pequeños puntitos de color rojo.

—Las 6:37 de la mañana—pensé con gran pesar—es imposible que vuelva a conciliar el sueño.

La mañana llegó para mí más pronto de lo que hubiese deseado, solamente pude dormir un par de horas más después del 'susuto de Ronald', bueno, al menos era sábado y no había que ir a trabajar.

Me levanté perezosamente, metí los pies en las cómodas zapatillas que me había regalado mi hijo por mi último aniversario y me disponía a bajar a la cocina para poder prepararle un buen desayuno a Ron cuando oí voces y tuve que callar para agudizar el oído. No conseguí nada,absolutamente nada. Si hubiese tenido a mano una de las orejas extensibles de Fred y George, seguro que ahora mismo me habría enterado hasta de los sonidos que provenían de fuera, un pájaro silbando,un gnomo de jardín husmeando entre la maleza,una rana saltando sobre un charco...

Giré la cabeza para poder comprobar que la persona que hablaba en el piso de abajo entre susurros no era mi marido.Efectivamente él seguía allí, durmiendo ahora con una gran calma,como si sus pesadillas jamás hubiesen existido.

Busqué mi varita entre los cajones y me armé de valor para bajar las escaleras que ahora se me antojaban tan largas.

—¿Quien hay ahí?—dije con una voz para nada calmada—¿Hola?—pregunté, mas no obtuve respuesta y los murmullos no cesaban.

Agarrada a la barandilla caminé dando traspiés intentando prepararme para cualquier situación que pudiera encontrarme allí abajo.

—¡Sophie!—dijo una voz que me resultaba familiar.

Quedé boquiabierta ante aquella escena, me pasé varias veces los nudillos por los párpados pensando que lo que tenía ante mis ojos no era real.

¿Weasley o Malfoy? (2014)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora