Capítulo 25-La boda.

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Los días pasaron como de costumbre y nada quedaba ya para la boda de Neville y Luna, es más, se iba a celebrar en una hora.

Unas cuantas horas antes, dos o quizá tres, el novio apareció en la Madriguera sin avisar, llegó completamente sudado y con la respiración entrecorta y agitada, sus ojos, los cuales normalmente se muestran ligeramente abiertos, se encontraban en aquel momento abiertos de par en par.

Tras abrir la puerta de madera me encontré con aquel hombre, que en esos instantes poco se parecía a Neville, y le hice pasar dentro y sentarse en el cómodo sofá. Cuando se hubo sentado, sus ojos se clavaron en mí y pude ver lo triste que se sentía. Todavía no había dicho ni una palabra desde su llegada  y la verdad es que dudaba que lo hiciese, pero en cuanto me di la vuelta para volver a la cocina y traerle un vaso de agua, oí su voz.

—Tenemos un imprevisto...—susurró.

Me giré despacio y observé como Neville agitaba la cabeza lentamente y con la mirada perdida en el suelo.

—¿Qué ocurre, Neville?—pregunté mientras me acercaba y me sentaba a su lado.

El hombre abrió la boca, me miró y volvió a cerrarla, dirigió su mirada hacia mis ojos y la apartó, cosas impropias en él.

—¿No quieres contármelo?—le dije a la vez que le pasaba un brazo por los hombros—Quizá te sientas mejor.

—No...no tenemos un sitio donde celebrar...—susurró

Como no había entendido a que se refería, preferí callar y esperar, rezando para que siguiese contándome lo ocurrido.

—La boda, yo hice la reserva en un sitio precioso, digno de una princesa. Por qué Luna se lo merece...—soltó de golpe.

—¿Y qué ha pasado? ¿Por qué ya no podemos ir a ese lugar de princesas?—pregunté lenta y calmada.

—Me han dicho que no tengo...que no tengo dinero suficiente en la tarjeta—Me miró con pena y siguió —Yo no entendía nada, ¿sabes? Les dije que seguramente habría sido un error del banco, no mío. ¿Y sabes que me contestaron?

Negué con la cabeza.

—Que ni siquiera tenía dinero en el banco...

Me quedé helada ante las palabras de mi amigo. No podía comprender cómo había llegado a esa situación, puesto que siempre está ahorrando—'Ahorrar es la solución a muchos problemas' decía él —, ya desde pequeño podías verle guardándose las monedas en el bolsillo en vez de gastarlas en chucherías, que es lo que  hacíamos los demás.

Le di mi mano a Neville y él la aceptó, aferrándola contra la suya con tanta fuerza, que claramente podía ver lo mal que se sentía.

—Perdóname—empecé diciendo—pero no lo entiendo...Es decir, no tiene ninguna lógica que tú estés...bueno, arruinado económicamente. Neville, incluso tenías tu propia frase para ahorrar, adoras ahorrar.

El hombre se deshizo entre sollozos, parecía como si todo su mundo se derrumbase por momentos.

—¿Quieres contarme lo que pasó?

Él asintió.

—Por donde comenzar...—dijo pasándose las manos por el alborotado cabello—Verás, hace un año que me comprometí con Luna, no digas nada Sophie, era una sorpresa para todos, no sabíamos cómo contarlo. El caso es que ella, es decir, su ex novio, con el cual estuvo antes que conmigo y al que dejó con un plan de boda en las narices, me llamó una noche a casa, una noche en la que Luna no se encontraba conmigo.

—Oh, dios mío...—susurré, llevándome las manos a la cara por la repentina sorpresa—No vas a decirme que ese hombre...

—Ese hombre, Sophie, me llamó aquella noche que todavía recuerdo  bastante bien. Y para no alargarme demasiado, te diré que me pidió que me alejara de su chica, como si tuviésemos quince años, el muy estúpido.

¿Weasley o Malfoy? (2014)Where stories live. Discover now