Capítulo 03

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¡Hola!❤️️ Como estamos comenzando esta historia, he decidido poner en práctica lo que hacía con otra de mis novelas (USPA), y es dedicar capítulos❤️️ A lo mejor no puedo responder todos los comentarios pero siempre, siempre, las leo. Así que esta es una forma más de agradecerles por el apoyo. ❤️️

Este capi va dedicado a dhayanapb por su apoyo en todas mis historias y a través de todas las redes sociales.😂❤️️

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Maju

En líneas generales, mi primer día de clases no había salido tan mal. En la mañana, los Righieri me hicieron sentir cómoda durante el desayuno y después nos dejaron a Marina, Martín y a mí en el colegio. Como era costumbre de mi parte, me había quedado dormida y entre el apuro y los nervios, no había podido llamar a mis padres antes de llegar a mi nuevo colegio.

Dándose cuenta de que me estaban carcomiendo las expectativas y que quizá me veía como Bambi perdido sin su madre, Marina se comportó incluso más amable que la noche anterior. Cuando llegamos al colegio, me dio un recorrido breve por las instalaciones —que eran majestuosas y extensas, dando la apariencia de un club de verano en vez de una institución educativa— y me presentó a su mejor amiga: Clara Ponce.

No me agradó a primera vista, y creo que el sentimiento fue recíproco. Me sentí pequeñita cuando los ojos esmeralda, grandes y brillantes de Clara me miraron de arriba abajo, como si estuviera escaneándome y evaluando si yo era o no suficiente para hacerle compañía en los recesos. Era alta y esbelta, con un cabello castaño y sedoso que podía ser modelado en cualquier comercial de champú, y con una nariz respingada que seguro era la envidia del resto de las chicas del curso. Marina era bonita, pero Clara era preciosa. Incluso en aquellos cortos segundos, noté cómo todos los varones que pasaban a nuestro lado perdían la mirada en ella.

—Mis amigos me llaman Maju —dije después de que Marina pronunciara mi nombre completo.

—Un placer, Maju. —Clara me dedicó una corta sonrisa y se giró para resumirle a Marina lo que había hecho en el verano, incluso las escuché hablar de un tal Diego.

Como era de esperarse, me quedé allí, a un lado, sin conocer a nadie más, sin que un alma caritativa se acercara a presentarse —en realidad, ni siquiera me miraban, al parecer había desarrollado la capacidad de volverme invisible—. Así que, resignada, entré al salón de clases. Por fortuna Marina se acordó de mi existencia y se apresuró a indicarme cuál era su asiento de siempre —junto a Clara—, pidiéndome que me sentara a su otro lado. Quise pensar que aquel podía ser el indicio de una amistad.

—Marina Righieri —llamó la voz de un chico, haciéndonos voltear a Clara y a mí aunque no se hubiera dirigido a nosotras mientras Marina soltaba un quejido sin disimulo. El chico en cuestión parecía salido de una serie de adolescentes-no-adolescentes, donde hombres buenísimos interpretaban a jóvenes pubertos. Era alto, con una musculatura definida debajo del uniforme, y unos ojazos azules que reflejaban cuán seguro era de sí mismo—, ¿cómo te trata este caluroso verano?

—Me trata muy bien, ¿no se nota? —respondió ella, con una ceja enarcada—. La única mancha de mis vacaciones ha sido saber que me tocaba ver clases contigo de nuevo.

Él resopló y se rascó su barba rebajada. Era el único del salón que se había dejado crecer sutilmente una barba, y caray que le quedaba bien. Iba perfecto con su cabello castaño cortado al ras.

—Ambos sabemos que no serías capaz de sobrevivir un año escolar sin mí. En fin... —Se giró y le sonrió a Clara—, ¿cómo estás, Clarita? A ti sí que te ha tratado muy bien este verano. —Por último me miró a mí—. Vaya, tenemos una compañera nueva. Me llamo Ricky, ¿y tú?

Contracorriente © [EN LIBRERÍAS] [Indie Gentes #1] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora