Capítulo 37

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Dedicado a Tifamlf ❤️️

Maju

*

Mi mamá llevó su mano a los labios para callar sus sollozos, aunque su maquillaje apenas corrido delataba que estaba sumida en llanto. Mala Praxis acarició su hombro —acción que me incomodaba todavía—, y le dijo que todo estaba bien.

—Mamá, se supone que soy yo la que debería estar llorando —dije con voz apacible, intentando calmarla.

—Pero mírate. —Señaló la toga negra que me vestía y luego hipó—. Estás tan hermosa, no puedo creer que te vas a graduar. El tiempo ha pasado demasiado rápido.

En realidad Ana había criticado el hecho de que nos graduáramos con toga, pues según ella, eso solo era un mérito de los universitarios. Especialmente el uso de la toga negra ella lo consideró como un insulto. Yo le dije que era solo una tontería de aquel colegio lujoso. Sin embargo, cuando me vio vestida con la toga negra olvidó cuánto desagrado le causaba.

—Tampoco es como si me estuviera graduando de la universidad, ma. —Me acerqué a ella y la tomé de las manos—. Creo que deberías guardar las lágrimas para después del acto, ¿no crees? —Ella asintió—. Además todos nos están mirando.

—Pues que se jodan, estoy feliz por mi nene. —Acarició mi mejilla para luego estrujarla con esa fuerza materna que a veces causaba dolor.

—¿Con esa boca besa a su hija, señora? —me burlé.

Mi mamá y Mala Praxis se rieron y en ese momento llegaron mis amigos, jalándome del brazo y apartándome de allí. Estábamos en el amplio jardín del colegio, donde el resto de nuestros compañeros posaban para fotógrafos contratados por sus familias mientras esperaban por entrar al auditorio y comenzar la graduación.

—Te habíamos estado buscando, Maju —anunció Diego, mientras Marina me arrastraba con fuerza descomunal hasta que alcanzamos al resto del grupo.

—Hablaba con mi mamá, estaba en su momento sentimental del día.

—Prepárate para unos cuantos más como ese —respondió Marina.

—Ya estamos listos para tomar el Hogwarts Express —comentó Ricky cuando lo alcanzamos cerca de un pequeño rosedal, estaba en compañía de Santi y Clara.

—Me encanta esto de las togas negras, ¡deberíamos tomarnos fotos con poses como de magos! —exclamó Marina, abrazando a su novio.

—Qué idea tan tonta —se quejó Santi.

—¿Qué tiene? ¿Ahora que eres famoso vas a negar que te has leído los libros como cinco veces?

—No lo negaré jamás. Leer los libros es una cosa, pero hacer el ridículo es otra.

—¡Yo quiero! —Alcé la mano con emoción—. Podemos dejarlo a él por fuera para la foto de magos.

Mi novio me miró ofendido.

—Gracias por lo que me queda, flaca.

—A mí también me encanta la idea —intervino Clara—. ¡Le diré a mi fotógrafo! ¿Qué les parece si gritamos hechizos mientras nos toman las fotos?

—Me pido el Expecto Patronum —se apresuró a decir Diego, y Clara lo miró ceñuda.

—Es una foto, no un video. No importa cuál «te pidas».

—Envidiosa. Solo lo dices porque me adelanté.

Continuaron discutiendo sobre hechizos hasta que nos tomamos varias fotografías graciosas. Al final Santi terminó uniéndose y el hechizo que escogió fue el Avada Kedavra, el cual pronunció en un tono un poco molesto y por un segundo pensé que si el universo mágico fuera real, él no dudaría en usarlo con nosotros. Bueno, con ellos. A mí me tenía en un paquete diferente.

Contracorriente © [EN LIBRERÍAS] [Indie Gentes #1] ✓Where stories live. Discover now