Contracorriente © [EN LIBRERÍAS] [Indie Gentes #1] ✓

Capítulo 16

Dedicado a AngieLowelll por todos sus comentarios♥️

Disclaimer: este capítulo tiene contenido erótico/sexual. Si a alguien no le gusta este tipo de contenido, puede saltarse todo el capítulo. 

Maju

*

Era un beso diferente, no por eso menos agradable.

Mis dedos viajaron a su pelo en la medida en la que sus manos iban descendiendo a través de mi espalda. Nuestras respiraciones se habían descontrolado y todo lo que existía de aquella puerta hacia fuera desapareció. Jamás me había sentido tan desesperada y necesitada de contacto, y eso que no había forma en la que él no estuviera tocándome.

Mis piernas se movían solas y fui caminando hacia atrás hasta que tropecé con un sofá largo y espacioso. Habíamos regresado a la sala de televisión. Le di un suave empujoncito a Santi para que se sentara y yo hice lo propio, pero encima de él. Los nervios me consumían pero más lo hacían mis ganas de que siguiéramos besándonos y descubriéndonos. Mis dedos acariciaron su cuello con suavidad y solté una risa boba cuando la punta de su lengua delineó mis labios. Sus manos acariciaron mis muslos por debajo de mi vestido, ahora con toda confianza, mientras mis caderas disfrutaban del vaivén y del roce que estaba teniendo sobre su dureza.

Su boca rodó por mi quijada y recorrió con suavidad mi cuello, poniéndome la piel de gallina, a la par que sus manos apretaron mis glúteos. Todas las sensaciones eran nuevas para mí y, aunque el nudo en mi estómago me decía que corriera porque no sería capaz de manejarlo, mi corazón era una bomba de tiempo a punto de explotar. La adrenalina que corría por mis venas no se comparaba con ninguna emoción que hubiera experimentado antes.

Sus manos salieron del interior de mi vestido y tomaron un camino ascendente por mi vientre, mi cintura, hasta que acariciaron mis pechos lo cuales todavía estaban cubiertos. Tragué con fuerza cuando, al no rechazar su acción, él bajó ambas tiras del vestido y descubrió mi sostén. No se atrevió a quitarlo, pudo darse cuenta de que estaba lo suficientemente nerviosa, así que sus ojos oscuros se encontraron con los míos antes de sonreír y recorrer la silueta de mis pechos con su dedo índice. Aquella sola acción me estremeció y me di cuenta de que estaba temblando.

—¿Te gustaría que continuara? —susurró en mis labios.

Cerré los ojos mientras disfrutaba cómo su dedo ahora subía por mi cuello y bordeaba mi boca.

Sí lo quería pero estaba aterrada. Cuando suspiré ante la tensión de mi cuerpo, su otra mano se deslizó por mi muslo hasta que se halló debajo de mi vestido. Jadeé por la anticipación al saber que estaba a tan solo milímetros de llegar a mi parte más íntima.

—Soy virgen —solté, víctima del miedo.

Cuando abrí los ojos, lo encontré como si no hubiera dicho nada hasta que enarcó con una ceja.

—Eso lo sé —contestó. Entonces recordé que él mismo me había enseñado a besar, así que era algo bastante obvio.

—No sé si esté lista para... ya sabes —murmuré. Me sentía tontísima al tener que aclararlo, y una parte de mí se preparó para que se aburriera y se fuera—, penetración. No sé si esté lista para eso.

Tal vez fue mi manera torpe de decirlo o mi forma de sonrojarme, pero él apretó los labios para no sonreír, lo cual no me hizo sentir mejor.

—Podemos hacer otras cosas —propuso—, si crees que estás lista para ellas.