Elección Equivocada

Elección Equivocada / Capítulo 12

Sai la escoltaba rumbo a su casa pero por otro camino, al principio pensó que era un atajo, puesto que ella misma lo había utilizado en varias ocasiones sobre todo cuando salía a escondidas de su Tsunade y Shizune para practicar.

—¿Sai es necesario por este camino? Creo que nos hemos desviado —Dudado de su orientación.

—¿Eh? Sí, este es el mejor camino, vamos camina —insistiendo a que continuara, esta vez tomándola de la mano.

Sakura se puso nerviosa, sabía exactamente que no era el camino adecuado, por lo que trató de huir sin encontrar una forma de liberarse de su agarre.

—¿A dónde vamos realmente?

La risa socarrona de Sai se dejó escuchar. —Eres buena, ¿eh?

«¿Buena? ¿Se está burlando de mí?», pensó Sakura— ¿A dónde vamos, en realidad? —preguntó.

Otra vez volvió a soltar esa risa molesta. —Vamos a ver a un amigo, y luego te llevaré a tu casa.

La situación no pintaba para bien, Sai parecía actuar de una manera extraña, tenía que deshacerse de él, aún seguía débil.

—Ya falta poco.

—¿Poco, para qué?

—Descuida, él solo quiere saludarte y entregarte algo de suma importancia y salió para la ocasión, bueno aunque en realidad esperaba la oportunidad de saludarte desde hace mucho tiempo. —Sai se detuvo un instante haciendo que Sakura chocara con su espalda—. ¿Estás bien? —le preguntó mirándola sobre su hombro, la chica solo asistió—. Bien, vamos, la cabaña donde se encuentra está después de esa puño de árboles.

—¿Quién es la persona que me espera?

—Oye, haces demasiadas preguntas —opinó Sai, al mismo tiempo que tocaba la puerta de aspecto vieja y descuidada con una especie de código.

—Adelante. —Una voz cansina los invitó a pasar.

—Primero las damas —dijo Sai haciendo una ademan con la mano.

Al momento que los dos adentraron a la vieja cabaña se cerró la puerta con varios sellos a su alrededor.

La cabaña estaba roída por el tiempo no había suficiente iluminación por lo que era difícil saber qué encontraría en su interior, sólo un frío que parecía permanente circulaba por la habitación.

En eso escuchó el ligero ruido de una silla, acompañado de una voz que decía.

—¡Oh! Señorita Haruno por fin tenemos el gusto.

—¿Quién es usted?

Tratando de ubicar de dónde provenía a voz, eso fue captado por Sai quien de inmediato encendió unas cuantas velas, dejando entrever por las sombras el tipo extraño que habló.

Por lo que pudo observar una pequeña torcedura de labios que podía decirse que es una sonrisa. —¿No me conoces? Bueno, es lógico tú nunca me viste y han pasado ¿cuántos, años 6 años? Debes de tener 17 a 18 años.

—18 años, pero no me ha dicho quién es usted.

—¿Tan difícil?

Sakura miró su aspecto y lo reconoció dando un paso hacia atrás. — Eres... ¡Danzo Shimura! Pero tú estabas muerto.

—Es correcto, pero no prestes atención a falso rumores y chismes del pueblo de Konoha.

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