Capitulo 1.

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CAPITULO 1.

Estonia. Tartu. Universidad de Tartu.

Actualidad.

La voz del profesor se deslizaba como el canto de una sirena entre sus oyentes, que lo escuchaban dominados por el hechizo de aquella voz ronca y sugerente y, sobre todo, por la evidente pasión que el hombre parecía sentir por el tema que exponía. No había nadie allí que no siguiera con la mirada cada movimiento del maestro aunque, con cierto cinismo, Jared supuso que su indudable atractivo físico era tan responsable de la atención que recibía como su entusiasmo por el tema de la clase.

-Los mitos de Roana son únicos en toda Europa- estaba diciendo el profesor- aunque podemos observar ciertas similitudes con culturas posteriores como la del Valle del Indo o la egipcia, estamos hablando de una civilización que se desarrolló casi dos mil años antes que éstas pero con características similares, un salto impensable, de no haber hallado los restos de la ciudad subterránea probablemente nadie lo creería posible.

Jared observó el contraste que ofrecían sus movimientos y su físico con respecto a su aspecto: aparentaba apenas treinta años pero vestía como un profesor al menos diez años mayor, sus ropas casi parecían un disfraz para camuflar el impacto de su cuerpo, pero, si aquella era su intención al vestirse de un modo tan deslucido, estaba destinada a fracasar. Era imposible no advertir la belleza del hombre. Incluso con aquella chaqueta de punto de color arena, con codilleras de cuero, que habría envejecido a cualquier otro, se veía caliente como el demonio, y sus vaqueros, a pesar de su holgura, no lograban ocultar del todo las firmes formas masculinas bajo la tela. Pero lo que realmente le intrigaban eran sus movimientos: había algo contenido, engañosamente suave, en su manera de moverse que le transmitía la sensación de un control absoluto, más propio de un atleta que de un hombre de letras e intuyó que aquel no era un profesor anclado a su despacho y sus libros.

- La cultura que se desarrolló en esta zona es absolutamente singular, no existen precedentes documentados, incluso puede decirse que estamos ante un hecho histórico único, una "isla" en cierto modo, que no tuvo continuidad ni precedentes, un verdadero enigma-El profesor Ackles continuaba su apasionada ponencia ajeno a su escrutinio y, aunque la atención que prestaba a sus palabras era bastante tangencial, advirtió cómo saboreaba la palabra y sonrió en respuesta, no se equivocaba al juzgarle, realmente aquel hombre amaba su profesión- no se ha encontrado una iconografía similar en ningún otro lugar del mundo, pero en este pequeño rincón del norte tenemos una cultura original con una mitología única y realmente extraña.

La voz del profesor ascendía en intensidad al tiempo que sus ojos verdes brillaban con entusiasmo, Jared observó como inclinaba su cuerpo apoyándolo sobre su mesa. Hasta entonces se había movido sin cesar mientras hablaba, pero al detenerse unos minutos, la manera en que su cuerpo se flexionaba, con una suavidad meditada y totalmente artificiosa, centró toda su atención. Ackles se movía con una insinuación de fuerza e intensidad que llevó su mente a lugares inesperados, había una contención palpable en el hombre, incluso en su manera de reposar en una calma aparente, que provocó una honda punzada de deseo en Jared, tan inesperada como intensa. Éste parpadeó confuso, intentando disimular su reacción, pero sintiéndose demasiado aturdido para controlarla del todo , ya no era un crío incapaz de manejar sus instintos, y sin embargo, había algo en la quietud controlada del profesor Ackles que le turbaba.

Deslizó sus ojos por el rostro del maestro, deteniéndose en la curva de su cuello, vislumbrando con cierta ansiedad el pedazo de piel que la tela cubría. Sin poder evitarlo, imaginó acariciar esa piel y recorrerla con su lengua y el modo en que  su control se quebraría bajo esas atenciones... .Alejó tales fantasías enojado consigo mismo, no era un momento apropiado para dejarse llevar por la lujuria, había mucho en juego, se repitió mirando fascinado como el profesor se movía hacia el centro de la sala, ascendiendo los escalones donde se asentaban los pupitres y el movimiento de la tela tensándose sobre su trasero hizo que jadease avergonzado. Meneó la cabeza, a medias divertido, a medias irritado, realmente era un hombre atractivo, era innegable, incluso espectacularmente atractivo, pero eso no justificaba su comportamiento.

Linaje. (WIP) Where stories live. Discover now