Capitulo 3.

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CAPITULO 3.

Universidad de Tartu.

Actualidad.

Las fotografías parecían tan insondables como las ruinas que mostraban, Jensen buscó alguna respuesta en ellas, pero por más que las miraba, no parecía tener sentido que Bob hubiera estado tan desesperado por hacerle llegar aquellas imágenes. "Muerto, está muerto" pensó de nuevo, seguía siendo tan inverosímil como varios días antes, le costaba pensar en ello sin dejarse arrastrar por las emociones.

Observó el aula vacía, en pocos minutos empezaría su clase y los asientos vacíos serían cubiertos por rostros jóvenes, en su mayoría también alumnos de Bob, pero Jensen conocía a aquellos jóvenes, la muerte de un profesor de la edad de Singer era solo algo anecdótico para ellos, en pocos días sería sustituido por alguien regular y, mientras, se congratularían porque sería él mismo quién se haría cargo de sus horas del curso estival. Jensen intuía que para la mayoría la sustitución sería vista con buenos ojos, sabía que era el profesor más popular de la facultad, deseaba creer que era por sus aptitudes para la enseñanza, pero había recibido suficientes anónimos por correo, ordinario y virtual, para no hacerse ilusiones al respecto. Su popularidad era proporcional a su juventud y atractivo para los alumnos. Con una mueca triste se disculpó con Singer, había sido un buen profesor, lo sabía porque también había sido su profesor mucho tiempo atrás, pero para la mayoría solo era un anciano simpático, fácilmente sustituible.

La memoria de Jensen se desplazó unos minutos al interior de Roana, donde Bob mostraba su verdadera personalidad, todo nervio y vitalidad, y por un instante casi pudo escuchar su voz impaciente: "¡Vamos, muchacho, no tenemos todo el día!". El ruido de los alumnos irrumpiendo en el aula le sustrajo del recuerdo y se concentró en su audiencia con una sonrisa algo forzada, no podía dejarse llevar por la tristeza ahora. Tenía trabajo que hacer.

Jensen sabía que dependía de él despertarles algo de interés por la arqueología y la historia, a pesar de sí mismos, porque para la mayoría estar allí tenía más que ver con sus hormonas que con su curiosidad intelectual. Y necesitaba sentir pasión para transmitirla. Estudió a su público, agradeciendo mentalmente a su antiguo profesor su insistencia. Bob había sido persuasivo al respecto, a pesar de que Jensen no había contemplado nunca la idea de ser maestro, convencido de que no tenía madera para ello, pero Singer le conocía mejor. Había vencido su incomodidad a hablar en público aprendiendo a manejar a su audiencia, horas y horas de aprendizaje le habían proporcionado el control que necesitaba para sentirse seguro de sí mismo bajo toda aquella atención. Y tenía que reconocer que había descubierto un placer inusitado en ello y que ahora podía decir que amaba enseñar, en cada ocasión que lograba inspirar la curiosidad de alguno de sus alumnos, una corriente cálida le recorría por dentro. Había muy pocas cosas comparables a aquella sensación.

Se concentró en la clase que se disponía a dar, alejando toda injerencia externa, no era el momento de pensar en Bob ni en ninguna otra cosa, aquellos chicos habían pagado por estar allí y él les debía toda su atención. Por suerte sucedió como siempre, y a los pocos minutos de empezar, se dejó arrastrar por su pasión por el tema, sumergiéndose en ello todavía más intensamente de lo habitual. Se había preocupado innecesariamente, quizá en momentos así era cuando más necesitaba focalizar su mente en una pasión puramente intelectual.

Tardó en ser consciente de una cierta mirada fija sobre él, en parte porque se había acostumbrado a aquel tipo de miradas hasta el punto de que casi no las percibía, pero había algo diferente esta vez, buscó con disimulo el origen de aquella atención casi depredadora sobre su cuerpo, y no tardó en encontrarlo. Conocía a la mayoría de estudiantes de la Facultad de vista porque era asiduo de la cafetería, y aquel hombre no era uno de sus alumnos, estaba seguro de que no asistía regularmente a la universidad, lo habría advertido en tal caso, habría sido muy difícil no advertirle. La mirada del hombre le seguía y Jensen podía sentir casi como un roce físico su obvio interés. Solía ignorar aquel tipo de atención con irritación, pero en aquel caso lo sintió diferente. No se trataba de un jovencito impresionable, o algún colega demasiado entusiasta, sino de un hombre alto de un atractivo innegable, y su mirada sobre él le afectaba. No era solo el calor en ella, o el evidente interés que brillaba en sus pupilas, había algo más, una intensidad depredadora, de nuevo aquella palabra surgió en su mente para describir la manera en que estaba siendo observado. Debería haber sido molesto, o inquietante al menos, pero era todo lo contrario y le costaba centrar su atención en el temario, a pesar de tratarse de un curso centrado en Roana, su gran pasión.

Linaje. (WIP) Where stories live. Discover now