• 12 [Extra]

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• Capítulo 12

No entendía como es que toda la situación se había producido, ¿cómo pudo ser que no se diera cuenta de la realidad? ¿Lyonel era un fantasma o producto de su imaginación? Las dudas le generaron un dolor de cabeza.

Cada vez que él se le aparecía tenía que ignorarlo, no sólo por miedo sino porque su familia se enteraría de lo que ocurre y podría llevarla a serios problemas. Su hermano prometió no contarle a sus padres la verdad, a cambio tenía que ayudarlo con sus deberes durante toda la semana.

—¡Mad! —Su hermano gritó desesperado desde la cocina. —¡¡Mad!! Ven aquí.

Ella corrió desde la sala.

—¿Qué pasa?

—¿Por qué dejaste esto así? —Señaló la alacena abierta, todos los productos se hallaban en desorden.

—No lo dejé así. —Frunció el ceño.

—No seas mentirosa, ahora arreglalo, yo lo limpié como para que vengas a arruinarlo. —Antes de que ella protestara, él se fue.

Suspiró.
Posiblemente su hermano la estaba utilizando más por el condicionamiento, era un aprovechado donde veía propuestas, pero no pudo quejarse o de lo contrario él le contaría a su familia.

Acomodó y limpió el desastre de la alacena con enfado.

—Hago esto porque necesito que me escuches. —La voz de Lyonel no tardó en aparecer. —Si no me haces caso haré lo imposible para que sepas que existo.

—¡No! ¡Tú no existes! Debes irte, quiero que te vayas. —Gritó enojada haciendo sobresaltar a su hermano, quien se hallaba en la sala a punto de ver una serie.

—¡¡Mad, qué diablos te... —Ambos se quedaron en silencio, los platos del trastero salieron volando y rompiéndose.

—Dije que haría lo imposible. —Lyonel desapareció de la escena, dejando a Mad y Nicolás estáticos.

—¿Qué diablos fue eso? —Su hermano la miró con un gesto de miedo. —¿Hablas con los fantasmas?

—Te dije que Lyonel es un fantasma.

—¡Qué cosas dices! Ahora sacalo de nuestra casa, esto pasa por hablarles, eres una bruja. —Dijo molesto y temeroso. —¿Cómo vamos a decirle a nuestros padres que un fantasma nos lanzó los platos?

—No digas nada de esto. Puedes decirles que yo fui la tonta que los rompió. Solo dí que se me cayeron, no importa si me regañan.

—Claro que no importa, eres una bruja protectora de fantasmas. —Se retiró para limpiar el desastre con la escoba y el recogedor.

Mi Vecino No Existe © Reedicion Where stories live. Discover now