•18 [Extra]

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Capítulo 18

La semana transcurrió velozmente, Mad sentía que el día en que llevaría a cabo el plan de Lyonel algo terminaría muy mal, era tan solo un pensamiento más, una corazonada que arruinó por completo su estabilidad emocional.

A veces solo simplemente deseaba no haber conocido a Lyonel, ni vivir en aquella casa, porque a pesar de amarlos, en el fondo, todo esto le estaba afectando gravemente.

Para evitar los peores pensamientos decidió gastar su tiempo ayudando en las labores de la vivienda, con apoyo de su hermano cambió las cortinas, acercó un banco y se subió a el para quitarlas, a la vez que lo hizo se percató de la visita de la familia de Lyonel, quienes bajaron de un auto y echaron un vistazo a la vivienda, Mad se sintió en el lugar de una auténtica chismosa tras pasar casi media hora mirando el departamento de enfrente, hasta que tuvo que alejarse para tomar su almuerzo.

Se sentó en el comedor junto a su hermano, el gran cocinero de todos los días.

—¿Qué hay de la casa vecina que te importa tanto? —Preguntó bebiendo su té.

—No es nada, solo curiosidad. —Respondí mintiendo y le dí un gran mordisco a mi sándwich italiano.

—Sí claro, hermana desde que llegamos a este lugar tu comportamiento es distinto.

—Todos cambiamos, incluso tú me cambiaste por tu novia.

—Mad, no lo entenderías.

Y con eso, la conversación se esfumó por completo, no me prestaba atención sino a su celular, estuve por levantarme de la mesa cuando vi a Lyonel en el marco de la cocina, a unos cuantos metros de mí.

—Mad, sé que te dije que necesitaba tu ayuda mañana, pero he decidido que no quiero que sea así.

—¿De qué hablas?—Me puse nerviosa e incomoda cuando mi hermano me respondió.

—¿Qué? Ah, no te importa, estoy hablando con amigos. —Guardó su teléfono de inmediato y se llevó los platos al fregadero.

—Tú comida es la mejor, gracias. —Dije yéndome de prisa.

—¡Oye tu lavas los platos! —Lo escuché lejanamente una vez subí a mi habitación, cerré la puerta y me tumbé en la cama.

Lyonel me miró preocupado.

—Te pido que lleves a cabo el plan hasta el domingo.

—Es que no entiendo.

—No vas a entenderlo, no puedo decírtelo, pero si realmente quieres ayudarme hazlo el domingo...

Mi Vecino No Existe © Reedicion Where stories live. Discover now