Capítulo 2

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II

Apenas se asomó el sol nos embarcamos a la residencia de unos socios de la familia Gilbert.

Desde siempre había vivido con la familia Gilbert, no era una familia de la realeza, éramos personas demaciado humildes a decir verdad, pero siempre se habían rodeado de personas importantes, ¿y cómo no?, Olivia provenía de una familia muy famosa en hacer los mejores sombreros en el reino de Lennox, aunque con el paso del tiempo el negocio de su familia quebró, ahora solo es una tienda de sombreros común y normal como cualquier otra en Lennox. Luego estaba Misael, por lo que Meredith me contaba, el padre de Misael era marqués, y ahora Misael también lo es.

El camino fue silencioso, se había creado un incómodo silencio, nadie decía nada. Desde que Rosally y yo volvimos del palacio del rey Jeison no había hablando con sus padres, así que ahora el ambiente era tenso.

Antes de venir aquí, Olivia nos explicó claramente que debíamos ser sumamente amables con los señores Demondáriz y su sobrino, ya que su madre: Lady Jaidee es la propietaria de nuestra vivienda.

Bajamos del carruaje quedando frente a la vivienda.

—¡Misael! —chilló un hombre que caminaba hasta nosotros, no era muy viejo, le calculaba unos veintitrés años, tenía cabellos rubios y ojos marrones. De inmediato lo reconocí; era el mismo joven rubio que montaba a caballo el día anterior.

—Normand —saluda Misael—, me alegra volverlo a ver.

—¿Es su hija? —inquiere el joven rubio, refiriéndose a Rosally, ella enseguida se sonroja y él toma la mano de Rosally para depositar un beso en ella.

Por la puerta sale un hombre de cabello marrón junto con un joven con rasgos similares. De inmediato sé que se trata del joven que se dispuso a ayudarnos junto con el joven de cabellos rubios. Su mirada cae sobre mí y me sonríe, me limito a devolverle la sonrisa sin más.

—Misael —saluda el hombre mayor—, sabía que vendrías. Te presento a mi hijo Nathaniel —dice, mirando al joven a su lado.

—No lo veía desde que era un crío —comenta Misael.

—Y también a mi sobrino Normand, vino desde Prescott —dirige su mirada al joven rubio.

—Lo tengo entendido a recin ayer llegaron de Prescott —dice Misael.

—Así es. Pero entren —pide el hombre—, mi esposa los espera con la comida.

Nos adentramos en la vivienda, era bastante amplia. Nos adentramos hasta el comedor en donde ya estaban los platos listos para nuestra llegada.

Una mujer un poco mayor de cabellos castaños entró al comedor luciendo una sonrisa en su rostro.

—Que alegría volver a verlos, señores Gilbert —replica la mujer, tomando asiento en la mesa.

—Lo mismo digo —contesta Olivia.

—Supongo, Charlie ya les presentó a nuestro sobrino Normand —espeta la mujer, mirando a su sobrino sentado en frente de ella.

—Ya lo conocimos, Céline.

—De haber sabido que tenía una hija tan hermosa habría venido antes —comenta Normand, mirando a Rosally.

—Creí que solo tenían una hija —dice Céline, mirándome con el ceño fruncido. Puedo sentir la incomodidad en el ambiente dado su comentario.

Rosally se concentra en comer su alimento, Olivia mira a Misael intentado buscar una respuesta en él, pero se mantiene en silencio.

—Solo Rossy es nuestra hija —articula Olivia—, la otra es nuestra sirvienta —añade, refiriéndose a mí.

Después de años ya me había acostumbrado a que Olivia me presentará de esa manera con las demás personas. Aunque aún no me llegaba a acostumbrar a lo mortificante que a veces me llegaba a sentir. Aunque Misael siempre me solía presentar como su hija.

El Juego Del ReyWhere stories live. Discover now