Capítulo 14

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XIV

El carruaje se dirigía hacia el pueblo en donde sería el desfile.

Habían pasado dos días desde que había visto a Damián el día del teatro y seguía sin poder sacar las palabras de Eleonor de mi cabeza. Me tenía sin cuidado lo que pensara Eleonor sobre min intenciones con Damián, pero no podía asimilar que ella estuviera esperando un hijo de Damián. Parecía que hacía a penas unos segundos había escuchado mi corazón romperse al escucharla decir eso.

Damián me había mentido. Había dicho que no sentía nada por Eleonor, más sin embargo ella esperaba un hijo de él.

Aparté la mirada de la ventana cuando sentí el carruaje detenerse. Cómo siempre, Nathaniel me ofreció su mano para ayudarme a bajar.

—Es una suerte que seas pelirroja, así nos será más fácil encontrarte si te extravías entre la muchedumbre —comenta Normand.

—Ven —Jazmín jala de mi brazo y hace que camine unos cuantos pasos—, tenemos que llegar al frente.

—¿Puedo ir? —pregunta Normand—. También quiero ver cuentas rosas de los guardias puedo recolectar —hace su habitual sonrisa burlona haciendo que Jazmín ponga los ojos en blanco.

—No sabía que te gustaran las flores, Normand —-habla Bastian, con total inocencia.

—Vamos, Bastian. Veamos si podemos conseguir algo para ti, estás muy soltero desde hace dieciocho años.

—Volvemos pronto —avisa Jazmín.

Normand había caminado junto a Bastian hacia la derecha mientras que Jazmín me guiaba hacia la izquierda entre las personas que esperaban entusiasmadas la llegada del rey y su hijo.

—Si ves a alguien apuesto, me avisas —habla Jazmín.

—El rey Prescott no se pondrá muy feliz de saber que estás buscando a alguien más —comenté, con cierta gracia.

—Tienes razón.

—¿Qué venimos a hacer hasta acá? Pudimos habernos quedado con Lady Jaidee, Nathaniel y Bran.

—¿Y qué más? Desde aquí podemos tener una mejor vista.

El sonido de las trompetas acercarse a lo lejos llegó hasta mí y todos alrededor.

Había cintas azules para impedir que alguien se atravesara y dejar el paso libre para que así pudieran pasar con facilidad los monarcas.

—¿Te imaginas? Ser la reina y poder ser parte del desfile; pasar en carruaje llena de joyas, con el vestido más costoso del reino mientras sabes que todas mueren de envidia por ser tú —habla Jazmín.

No. No me lo imaginaba. Me imaginaba más bien pasando entre las personas y que me reconocieran por escribir mundos totalmente diferentes a éste.

—Supongo que es el sueño de muchas —me limité a responder.

—¿De muchas? Querrás decir que de todas. ¿Quién no quisiese tener la vida resuelta y estar rodeada de lujos?

—Bueno, si te casas con el rey Prescott, tú podrás ser la privilegiada de gozar de esos lujos que tanto dices.

Para nada sería un privilegio casarse con alguien tan amargado como Elian.

La calle se inundó de los trajes azules con plateado que portaban los guardias que tocaban sus trompetas mientras iban a pie, detrás de ellos iban más guardias sobre caballos.

Ellos se acercaban a las cintas azules para entregarles rosas rojas a las jóvenes más cercanas mientras que elles en cambio les entregaban un pañuelo.

El Juego Del ReyWhere stories live. Discover now