Capítulo 4

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IV

—¡Evangeline! —gritó Rosally, brincando sobre mi cama una y otra vez, provocando que despertara—. Despierta, Normand llegará pronto, y no solo él, también Nathaniel. Levántate —dejó de saltar, repentinamente, dió un gran suspiro y siguió hablando—: tenemos que vernos lindas para ellos.

No dejó que dijera nada cuando ya había bajado de mi cama para salir.

Quería que me levantará para verme linda, algo absurdo para mí, pero no para ella. La entendía; había crecido en un entorno en lo que único que importaba para una mujer era ser linda para así conseguir un esposo con dinero. Aunque mi propósito no era ese.

Me levanté de mi cama y me di una ducha rápida.

Al bajar, todas las miradas se posaron sobre mí.

No solo estaban Normand y Nathaniel, también estaban dos jóvenes más, a uno de ellos lo reconocí por ser el tercer joven que había acompañado a Normand y a Nathaniel el día que nos trajeron desde el palacio hasta casa, pero al otro no lo pude reconocer. Uno lucía un rizado y marrón cabello, sus ojos eran marrones y su piel lucía hermosamente bronceada, el otro joven a su lado, tenía ojos mieles, cabello castaño y piel clara, a su lado, se situaba una mujer de cabellos rojizos, ojos verdes y piel blanca.

—Te estábamos esperando, Evangeline —habla Olivia.

—¿Ella es Evangeline? —cuestiona la mujer de cabellos rojizos.

—Así es, Lady Jaidee —responde Olivia—. Evangeline, ven a saludar a Lady Jaidee —ordena, mirándome para apuntar con la cabeza hacia Lady Jaidee.

Me dirigí hasta la mujer para hacer una reverencia frente a ella.

—Un gusto —murmuro.

—Es linda —comenta la mujer, mientras me inspecciona con la mirada. Gira la cabeza para ver al joven de ojos mieles a su lado—. ¿Tú qué crees, Bastian? ¿Crees que es linda?

—Supongo que sí —responde tímidamente el joven.

—Vamos —comienza a decir el joven a un lado de Bastian, el tercer joven que acompañaba a Normand y Nathaniel—, ella no estaría dispuesta a casarse con mi primo, ¿cierto?

¿Casarme? No me gustaba por donde iba esto.

—Claro que no estará —se adelanta a decir Jaidee—, ¿cierto, Olivia?

—Ella estaría encantada de casarse con alguno de sus nietos, Lady Jaidee —responde Olivia.

—Eso espero —espeta la mujer—, porque de lo contrario ustedes se quedarían en la calle gracias a... —deja la palabra en el aire para recorrerme de pies a cabeza con desprecio—... esta —finaliza.

—Lo pensaremos —habla Misael.

—No hay nada que pensar —se adelanta Olivia—, Evangeline se casará con uno de sus nietos.

—¿Y por qué no se casan Rosally y Normand? —inquiere Nathaniel.

—Normand heredará la mansión de sus padres —responde Jaidee—, por lo tanto él está fuera de esto.

El Juego Del ReyWhere stories live. Discover now