Capítulo treinta y dos

10K 716 67
                                    

Narra: desconocido

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Narra: desconocido

Podría llevar el rostro de cualquier persona, de su madre, su amiga, o del mismo pastor. Podría ocultarme entre el resto de las personas o pararme en frente de todos con una sonrisa amigable.

¿Quién soy?

Sé que a estas altura muchos quieren saberlo y otros ya lo saben.

Sé qué me están buscando, aunque ni siquiera saben que estoy cerca de ellos.

¿Soy quién la persona que ellos creen?

Algo que aprendí muy bien es a fingir y recurrir lugares donde nadie me buscaría.

¿En donde me escondo?

No necesito lucir un rostro serio para llevar la sangre de mis víctimas en mis manos, por que la realidad, es que yo nunca me mancharia las manos de sangre por alguien...

Narra: Venus parker

Todo el pueblo está en el funeral, no puedo evitar sentir que estoy viviendo un deja vu y que dentro de ese cajón está Elizabeht.

Observo a todo aquel que llega y todo aquel que se va. Buscándolo.

—Venus... —la madre de Lency dice mi nombre, tiene los ojos rojos y su voz se corta —. Gracias por la carta que nos dejaste, me gustaría leerla frente a todos si no te molesta.

—Por supuesto que no, me encantaría —la tomo de la mano, entregándole una sonrisa melancólica —. Siento mucho lo qué le pasó a Lency, realmente la extraño mucho.

Ella intenta contener las lágrimas bajo una sonrisa, parece estar bajo medicamentos. Siempre fue una mujer muy cerrada conmigo.

—Lency había sufrido mucho. Es información confidencial pero—se acerca a mí —... parece que mi pequeña había sido abusada, ¿tú lo sabías, verdad?

Niego con la cabeza, asombrada.

—No voy a juzgarte por no decírmelo, sé los secretos qué se guardan entre amigas. —rompe en llanto —. En su cuaderno escribió que una de sus dos mejores amigas lo sabía y ella siempre te quiso mucho.

«Si a mí nunca me lo contó, entonces a Mia sí»...pienso.

El pastor da comienzo a la celebración, la madre de Lency me mira, esperando que diga algo y se va. Busco a Mia entre los invitados, dispuesta a hacerle muchas preguntas, pero no la encuentro.

—Hoy estamos reunidos para recordar a quién en vida fue una grandiosa persona —el pastor comienza a hablar pero no me puedo sacar de la cabeza lo que dijo la madre de Lency —... Doy mis más sinceras condolencias a sus familiares y amigos, que están aquí presentes, y le pido a Dios que pueda guardar en su gloria a su alma.

Miro hacia atrás, buscando su rostro entre los presentes. Encuentro a Hans sentando al lado de Lord y su madre. Mi padre está como policía de turno, observándonos a todos.

Sigo a Mia con la mirada cuando la veo salir del baño, se acerca hasta el altar cuando el pastor pregunta si alguien quiere decir unas palabras.

Frunzo el ceño cuando ella agarra el micrófono y con los ojos llorosos, empieza a decir:

—Con Lency compartí una vida a su lado, momentos donde mi vida fue suya y viceversa. No pude dormir pensando en lo que resta de mí, pero soy consciente que debo recordarla con amor. Con todo ese amor que me dejo, nadie va a llenar su lugar, por qué Lency era de esas personas con luz. Ella iluminaba cada lugar qué iba y cualquier rostro triste —Mia rompe en llanto —. Era de esas personas a las que podrías llamar a cualquier hora para hablar de tus problemas, de esas qué te decía la verdad pero nunca te hería con sus palabras. Lency era luz, tanta que ocultó su oscuridad para qué no lo notemos.

Limpió mis lágrimas con una servilleta de papel y respiro profundo.

''Lency era luz, tanta que ocultó su oscuridad para qué no lo notemos.''

Mia baja del escenario con los mocos tendidos y los ojos hinchados. Camino hacia ella sin detenerme hasta que veo a mi padre correr hacia delante, me doy la vuelta y entonces veo a Dylan, mi compañero de la escuela, con el micrófono del pastor en la mano.

«¿Por qué está ahí?», me pregunto.

—¡Necesito decir unas palabras! —dice y comienza a llorar —. Yo obligue a Lency a hacerme sexo oral en una fiesta, ella no quería pero le dije que si no lo hacía no sería tan interesante como sus amigas —rompe en llanto, todos nos quedamos sorprendidos —. Ella se suicido por mi culpa, soy responsable.

«Qué carajos».

El padre de Lency se impulsa a agarrarlo pero mi padre llega primero y lo detiene. La madre de Lency grita, desesperadamente. Todo se descontrola en cuestión de segundos.

Hans y Lord están a mi lado, Mia detrás de mí. Sin saber que entre nosotros se escondía el verdadero responsable.

Me doy la vuelta, Mia me mira fijo y comienza a correr hacia la salida.

Nota de autora: ¿Como están? Los extrañe mucho.
¿Están preparados para los siguientes capítulos? Se viene fuerte la cosa...

¿Qué pasó con Elizabeth Parker?Where stories live. Discover now