Capítulo cincuenta y cinco

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Narra: Jefe de policía

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Narra: Jefe de policía

—Es mejor que esperes a un abogado antes de decir algo qué te comprometa —le digo.

—¡No quiero un abogado! —dice en un tono prepotente —. Esto es todo un mal entendido.

Me siento en frente de Lucas, el hermano del sospechoso.

—¿Entonces por qué te vieron tratando de incendiar la casa de Frederick? ¿Te mando a qué te deshagas de las pruebas?

Niega con la cabeza, y una gota de sudor cae por su rostro.

—No sé nada de mi hermano desde que accedió a hacer un trabajo. Hace unos días me llamo para contarme qué tenia que hacerle un trabajo a un hombre que había conocido en el motel, tenia que entregarle dinero a una señora que estaba presa. Pensé que era extraño qué le paguen tanto por hacer algo tan sencillo pero él acepto por qué eran mil dolares. ¿Quién no lo haría? —suspira y se incorpora hacia delante —. Desde que lo hizo no sé nada sobre él. No sé llevo el dinero, ni sus documentos, ¿no le parece extraño?

—¿Su hermano trabajaba como recepcionista en el motel, verdad?

Asiente con la cabeza.

—Tal vez desapareció por qué sabia que lo estábamos buscando, la evidencia de su casa muestra que pudo haber estado allí Mia Baker, la desaparecida.

—Eso no es cierto —Agacha la cabeza y juega con sus manos —. Vi a esa chica en un auto un día después de qué mi hermano haya aceptado el trabajo. Estaba estacionado frente la casa rodante y un hombre la acompañaba a su lado.

—¿Si dice qué vio a la chica por qué nunca lo reporto a la policía? —le pregunto.

—¿Y por qué cree qué no lo hice? Iban a acusar a mi hermano si decía qué la había visto cerca de su casa. Él tiene algunos morbos extraños por ese trabajo en el motel pero nunca haría algo malo...

Empiezo a ponerme nervioso.

—¿Esta seguro de lo qué esta diciendo?—le pregunto.

—No puedo dejar de verla, sé que era ella —Sus ojos se cristalizan —. La patente del auto...me la acuerdo. Era...JKL498. Incluso le saque una foto.

Él saca su teléfono, la foto esta borrosa pero se ve exactamente la patente y concuerda con la que me dijo. Trato de mantener la calma, incluso cuando me resulta familia el vehículo de la fotografía.

—¿Podría identificar la persona qué estaba en el auto?

Niega con la cabeza y responde.

—Solo recuerdo el rostro de la chica y como me sentí al verla. Estoy seguro que era ella.

Le muestro una foto de Mia Baker y él insiste con que era ella.

Salgo de la habitación, casi corriendo. Repito una y otra vez aquellos numero hasta llevar a la base de datos. Ingreso el numero de serie. El sistema esta cargando. Dejo de respirar por un momento. Entonces aparece el modelo del auto y el nombre de quién pertenece.

Levanto el teléfono, desesperado y confundido. Como nunca antes lo había estado. Pido que todas las lineas de emergencia empiecen el protocolo de allanamiento.


Narra: Padre de Venus

Sigo las indicaciones del mapa. Mi teléfono empieza a sonar pero lo apago y enciendo la radio.

La carretera esta vacía. Miro por los vidrios retrovisores, detrás de mí hay un auto de la policía. La radio empieza a sonar, atiendo.

—Patrullero 45, le habla el oficial Cabral, detrás de usted. ¿A donde se dirige?

Suspiro, y respondo:

—Buenas tardes oficial, por orden del jefe me dirijo hacia una posible evidencia del paradero de la desaperecida, Mia Baker.

—¿Necesita que lo acompañe, oficial?

—Le agradezco pero tengo un compañero esperándome, es evidencia privada. Me tengo qué desviar, nos vemos.

Apago la radio y doblo hacia la derecha. Me meto por un sendero angosto y lleno de pastizal. Detengo el auto y cuando pasan cinco minutos empiezo a dar marcha atrás. Retomo por la carretera que venia y sigo derecho durante unos veintiocho minutos hasta llegar a un descampado.

—¿Qué estamos haciendo aquí? —pregunta Venus.

—Quédate en silencio.

—¿Qué estas haciendo?—Niega con la cabeza cuando me desabrocho el cinturón y abro su puerta para atar sus manos con unas cadenas de hierro—. ¡¿Por qué me estás haciendo esto?!

Me bajo del auto y camino durante un rato hasta encontrarme con una pequeña choza de madera. Saco mi arma y miro a mi al rededor. Empujo la puerta y entro. Un rayo de luz ingresa conmigo y veo su rostro sucio.

Me acerco a ella, despacio. Bajo lentamente mi arma y no dejo de observar sus cadenas al rededor de sus piernas.

Mia Baker, tiembla al verme e intenta sonreír con los ojos llenos de lagrimas. Abre su boca, blanca y seca, para susurrar:

—Volviste... —Me arrodillo ante ella —. Pensé qué te habían atrapado y me iba a morir de hambre aquí.

Dejo mis pertenencias sobre la mesa y me siento como en casa. Bueno, casi que lo es.

—Y no vine solo, Venus esta aquí.

Mia niega con la cabeza y comienza a llorar.


NOTA DE AUTORA: ¿Que carajos? ¿Se lo venían venir o no? Espero que se haya entendido lo mejor posible en capítulo aunque sé que tienen muchas dudas.

¿Qué pasó con Elizabeth Parker?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora