14

65 3 0
                                    


-¿Qué has dicho?

-Lo que oíste –Y estúpidamente, el escudo de Francois comenzó a fallar –Mis poderes están siendo absorbidos también.

La risa de Simphony hizo que apretara la mandíbula con rabia.

-¡A la puta mierda! –Exclamó -¿Qué demonios es este lugar?

-Mi casa... -Ella se acercó con lentitud hacia ellos y se detuvo a solo unos pasos del escudo –Todo lo que aquí sucede, es lo que yo quiero que pase –Luego volvió la vista a donde se encontraba Wendy, detrás de Nacho –Créeme, que en cuanto acabe con ellos, estarás muerta.

-¡Sobre mi cadáver! –Juan Pedro rodó los ojos. ¿Es que acaso Mariana no podía quedarse callada cuando más lo debería?

La sonrisa se extendió a través del rostro del demonio.

-Eso será más que fácil... -Chasqueó los dedos y el escudo se desintegro por completo.

Con una maldición, Francois uso todo lo que le quedaba de poder para materializar armas con las que defenderse. Juan Pedro se aproximó y atacó a Simphony, quien lo esquivo con una facilidad realmente preocupante.

Mariana permaneció atrás al ver como Nacho, Peter y Wendy devolvían los ataques que eran proporcionados por las distintas criaturas paranormales. Francois se acercó con rapidez a ella y le tendió una espada.

-Espero que sepas usarla.

Lali arqueó una ceja.

-¿Esto es lo que usan para pelear? ¿Por qué no una magnum o una bazuca? –Preguntó tomándola entre las manos, justo para ver como Francois esquivaba el golpe de un convertido y en un limpio movimiento que dejaría boquiabierto a cualquiera, le corto la cabeza.

La bruja chasqueó los dedos y el cuerpo se incendio. Luego fue a por otro.

Mariana tenía la boca abierta.

-¡Lali! –La voz de Ignacio la alertó.

Cuando se dio vuelta vio a una extraña criatura con cuernos y alas de murciélago. Sus ojos eran de un tono rojo brillante y amenazador. Debía de ser un demonio -¿Eran realmente iguales a los que pintaban en los cuadros y a los que describían en los libros? Guau...-... Mariana batió la espada y en un intento realmente patético de defenderse, lo atravesó por el costado.

La criatura cayó al suelo con pesadez, antes de convertirse en polvo.

Otra vez con la boca abierta.

-Realmente... me siento igual que Lancelot.

-¿Cómo se supone que saldremos de aquí? –Preguntó Nacho.

-Hay un portal en la habitación superior... -Respondió Wendy de manera superficial, mientras atravesaba a uno de los demonios con su espada -...Puedo guiarlos a el.

Retrocedan de espacio. Mariana se estremeció al oír la voz de Francois en su cabeza. Atrás de nosotros hay un portal que abrí al llegar, este nos llevara a la habitación que Wendy dice.

Mariana pasó saliva mientras retrocedía con lentitud. Sostuvo el arma firmemente y rogó en su interior que todo saliera bien.

Juan Pedro a su lado, sostuvo su mano y le dio un ligero apretón.

-Todo irá bien... Lo prometo.

Eso, hasta que uno de los vampiros comunes se abalanzó contra ella...Mariana cerró los ojos con fuerza esperando el golpe del impacto, pero lo único que sintió fue la sangre bañar su rostro...

Al abrir los ojos, lo único que vio, fue el cuerpo de Juan Pedro caer contra el suelo. Él la había protegido de la herida mortal.

-¡¡No!! –El eco de su voz resonó en sus oídos.

Oscura inocencia Where stories live. Discover now