Mariposas

705 51 0
                                    

Sin duda el relato de Gaspar me había conmovido. Nunca conocí a un hombre capaz de hacer del dolor, una cosa tan insignificante. Tal valentía, con la que había dejado el sufrimiento y empezado desde cero, me maravilló.

Este último tiempo, se ha portado más que bien conmigo. Es dulce, caballero, comprensivo. No es difícil enamorarse de un hombre así.

Con la promesa, pensé que se alejaría y olvidaría esa idea de conquistarme pero no, seguía ahí, a pesar de mis rechazos.

Ágatta se reía. Pensaba que lo estaba espantando para que se interesara más.

- Dime algo, Amanda. ¿Enserio lo quieres lejos? ¿No te gusta ni un poquito?

No respondí. Al parecer lo que había logrado con su insistencia, era amarrarme más.

A veces, sentía ganas de besarlo, o que me besara, y yo no se lo hubiera impedido.... Al contrario, me hubiese entregado sin reproches, porque ya a esas alturas, lo estaba deseando con mi vida....Pero me evitaba, no sé si por respeto a nuestro pacto, o porque comenzaba a perder el interés.

No me había vuelto a mencionar que me quería. Seguro ya se había encantado con alguien más. Y está bien. Es guapo. Y yo no estaba lista.

- ¿Qué es lo que te asusta más Amanda?¿Qué haya perdido el interés o que te estás enamorando?

- ¿Enamorada yo? No, estás loca....

- Pues yo no creo que esté tan equivocada...

Me negaba a creer esa idea.

- Él te quiere, Amanda. Me lo ha dicho Dante. ¿Acaso no ves como te mira? Debe estar sufriendo amiga, por una absurda promesa. ¡Para ya con eso! ¡Reconoce que lo quieres!

Me juré no volver a mencionar el tema, hasta que supiera que las intenciones de Gaspar aún existían.

Y había vuelto a tocar el tema. Con el mismo brillo en los ojos, y la misma sonrisa juguetona.

- Amanda... Lo mío va en serio. Te necesito.

No respondí. Sentí que el corazón se me salía. Que me moriría si no me besaba de nuevo.

- ¿Salgamos? Hace un calor horrible aquí....

Pagó la cuenta. Lo tomé del brazo y salimos del restaurante.

- ¿A dónde vamos?

- Ahora yo escojo. Le dije sin mirarlo.

Lo llevé al muelle. Estaba vacío.

Solo se oían nuestras respiraciones, y el vaivén de las olas, estrellándose contra las rocas.

- Yo también te necesito- Gaspar me miró atónito- Y mucho.

Y lo besé, y sentí lo que me Ágatta siempre decía, y que yo nunca jamás sentí... Mariposas.

Mariposas de Amor.

Ruleta RusaWhere stories live. Discover now