Encuentro con las sombras

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Verano, otoño, invierno, primavera.
Verano, otoño, invierno, primavera.
Y más veranos y más inviernos..


-¿Prefieres los globos rosa o los lila? Me dijo Ágatta en el supermercado. ¡Vamos Amanda, ánimooo! ¡Es TU babyshower!
Así era. Tenía cinco meses de embarazo.
Las cosas con Jack fueron mejorando con el tiempo. Nos queríamos y nos respetábamos mucho. Nos habíamos casado por el civil, hace dos años. Me habían ascendido en la revista, y ahora viviamos en Madrid. Jack, tenía un trabajo estable, y nuestra situación económica era bastante buena. Tenía un blog en internet, alquilábamos un departamento en pleno centro de la ciudad, y el restaurante que dejamos en Baradeiro, le dejaba muy buenas rentas a mamá.


"Baradeiro, empieza a recuperar su magia.. Me decía mi madre en la cartas. El turismo mejora, la escuela de surf que fundamos en nombre de tu hermano, está atrayendo cada día más veraneantes... Este año, las cuentas fueron muy favorables. Es lo que tu hermano hubiese soñado... Mi novio- Hace un año estaba con alguien- me trata muy bien, tiene un gran corazón..."


Ágatta también quiso cambiar de aires. Se vino con nosotros y encontró un trabajo en Barcelona. Ya casi está por graduarse de psicología. Su niño, crece cada día más hermoso.              En cuánto a Dante, las cosas eran un ir y venir constante. Se aman demasiado como para estar juntos, decía yo. Ágatta no lo creía así, pero era inevitable seguir viendo ese fuego cada vez que se miraban. Esa dulzura al hablarse, y lo mucho que querían a Borja. Dante no vivía en España, pero su trabajo, lo hacía venir seguido.

No pensé que tardaría tanto en retomar el curso de mi vida, y que las cosas serian tan distintas a lo que había soñado. Siempre creí que viviría para siempre en Baradeiro.
Madrid, no estaba nada de mal por cierto, pero la vida era muy diferente.


-¿Has pensado como le pondrás a la bebé? Me preguntó Agatta.
Reí.
-He pensado en ponerle Mía, o talvés Julieta... Sonreí, mientras me tocaba la barriga.
-Me gustan, ambos son hermosos. ¿Y qué opina Jack?
-Prefiere los nombres ingleses o europeos.
-¿Samantha? Por favor, no consientas eso.
Reímos.
En cinco años recuperamos la paz que no teníamos. Había vuelto a sonreír, y el embarazo, aunque me pilló de sorpresa, me tenía llena de ilusión.
Las cosas por fin, estaban dando un giro.

Al menos eso creía.

-¿Amor, nos vemos en la estación a las 6? Me dijo Jack la mañana del Martes.
-Si, me parece amor. Te veo en el andén.

Estaba en el andén, cuando lo ví.

En medio de la multitud, en medio del bullicio, de las luces.                                                                            Sentí que me temblaban las piernas, que me sudaban las manos, que me recorría un escalofrío, cuando habían más de treinta grados de calor.                                                                                            Sentía un nudo en la garganta, una presión en el pecho.                                                                                    Y cuando me miró, el mundo se vino a abajo.

Si creía que las sombras del pasado desaparecerían, estaba equivocada, pues ahí, a un par de pasos, tenía la mayor sombra de mi vida.

Ruleta RusaWhere stories live. Discover now