Advertencia

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Me junté con Damián a eso de las seis de la tarde.

No sabía como empezar.
Si decirle " Soy hijo de tu verdugo" " Asi que eres drogadicto..." "Sé que estás en un lío" o aún peor " "Te aconsejo que pagues o te matan"

Me temblaban las manos. Sudaba frío, cuando habían más de 30 grados de calor.

Damián parecía tranquilo. Me esperaba sentado bajo un quitasol, a la orilla de la playa.

Caminé lento, pero sin detenerme hacia donde estaba.

- ¡Tanto tiempo, amigo! ¿Cómo estás? Parece que notó mi preocupación, porque enseguida su rostro se descompuso. ¿Ocurre algo con Amanda? ¡¿Le pasó algo?!

- No, ella está bien. Es otra cosa de la que quiero hablarte....

Suspiró aliviado.

- ¿Es por las clases, verdad? Amigo, no se me olvida que me pediste que te enseñara a surfear, pero es que tengo copados los horarios, y...

- No se trata de eso, Damián. Es algo mucho más grave.

Me miró horrorizado.

- Sé tu secreto.-respiré profundo- Sé que te siguen y te amenazan unos hombres, a los que les debes....

Me lanzó una mirada de asombro, y se volteó.

- No quiero asustarte. Solo quiero ayudarte. Le dí una palmada en el hombro. Confia en mí, por favor.

- ¿De qué hablas, Gaspar? ¿Unos hombres, haz dicho? ¿Quién te dijo eso? Quien sea, es un muy mal bromista. Rió nervioso.

- No lo niegues más. Tengo pruebas. No es necesario el teatro. Mejor será que me cuentes...

- ¿Alguien más sabe esto? Me dijo, temblando.

- Nadie. Te lo juro. Me miró suplicante. ¡Lo juro! Repetí.

- ¡Ya no aguanto más, Gaspar! Estoy atrapado. ¡Me tienen en sus manos! Gritó desesperado.

- ¿Drogas? ¿Por qué lo hiciste, amigo?

- Aqui no ¿Si? Cerraré la academia, asi podremos hablar tranquilos.

En cuanto todos sus alumnos se fueron, me hizo pasar a un salón.

Salón tapizado de fotos, y reconocimentos. Parecia ser un lugar cálido, y lleno de recuerdos.

Divisé una foto de Damián cuando pequeño. Salia acompañado de una niña hermosa.

- ¿Amanda? Le dije señalando la foto.

- La misma... Susurró.

Nos sentamos.

- La vida de Amanda, y la de tu madre podrían estar en peligro, Damián. Esos hombres son capaces de cualquier cosa. ¡Son unos asesinos! El mundo de las drogas, es oscuro y ruín. Es... -tenía un nudo en la garganta, que me impedia seguir- Caminé un poco, intentando calmar mi nerviosismo, y continué: Un mundo, lleno de traiciones y mentiras, que te perseguirán como sombras el resto de tu vida.

Vi caer de sus ojos lágrimas de dolor, amargas y secas. Fui testigo de su sufrimiento, de la angustia de su mirada, de como temblaba.

Damián, el casanova, el invencible, con el pasar de la conversación se quebrajaba como una hoja, cada vez más.

Entonces me percaté, que estaba sentado frente a otro Damián.

Un Damián, consumido, agotado, demacrado.
Agradezco con mi vida, que Amanda no lo viera asi. No lo merecía, no lo hubiera soportado.Siempre estuvo acostumbrada a ver al Damián, aguerrido, fuerte, de cuerpo atlético, de bronceado fascinante.

No al hombre flaco, pálido y ojeroso, que se encontraba frente a mi. Había perdido su gracia, el brillo de sus ojos.

- No pierdas tu tiempo, pidiéndome perdón... Pídeselo a tu familia.

Débil, moribundo, la imagen que veía frente a mi, no me la creía.

Yacía, arrodillado frente a mis ojos, suplicándome que no le contara nada a Amanda.

Le juré que no lo haria. Solo si me contaba toda la historia.

- Y desde el principio. Le dije

Lo obligué a levantarse.

Fue incapaz de mirarme a los ojos. Con las pupilas fijas en sus manos, que temblaban sobre sus rodillas, comenzó:

- Todo partió una mañana de Enero, en la que iba camino al trabajo. Mientras me disponia a abrir la academia, me encontré con Bruno, un buen amigo de la escuela.

Lo consideraba mi hermano.

Conversábamos animadamente, hasta que un tipo, aparece de la nada, y nos amenaza con un revólver.

Encaró a mi amigo, y le dijo que si no le pagaba ahora su deuda, lo mataba ahi mismo. Que su jefe, había dado la orden, y que ya no le interesaban sus súplicas.

Bruno, de rodillas, le suplicó que le diera más tiempo, que pagaría, que no involucrasen a su familia en el asunto... pero el hombre no le dió tiempo. Lo asesinó a sangre fría, frente a mi.

Después me enteré que Bruno, consumia y traficaba sustancias ilicitas. En ese entonces, yo, representaba un peligro para esa mafia. En medio del susto, podia hablar, delatarlos.

Me amenazaron, y me golpearon. Me hicieron jurarles que no los delataria.

Me investigaron, me enviaban anónimos. Ya no les importaba si hablaba ahora querian meterme en el negocio...Me negé mil veces, Gaspar, pero después...

Estalló en llanto.

Vino la desaparición de mi padre. Caí en depresión, y ahi... Aprovecharon mi desesperación, y me ofrecieron su basura...

Me la ofrecian gratis, me la dejaban en la puerta....

Y caí.

Y ahora, que me volvieron dependiente, me la quitan, y encima me la cobran.

Como queria dejarla, la empezé a quemar. Eran millones los que se perdian. Yo creo, que eso me cobran.

Después empezaron a amenazarme, y me hundí de nuevo...

El relato de Damián era desgarrador. Tenía que hacer algo, para que no cayera en mis manos de mi padre.

Debia salvarle el pellejo, a él y a su familia.

- Debes huir... Yo pagaré tu deuda....

- ¡¿Estás loco?!! ¡¡No la pagarías ni con 10 sueldos!!

Le tomé el brazo.

- Si quieres salir, solo escucha, y hazme caso. ¿ Quieres?

Me miró confundido.

-Este es el plan....

Ahora no solo él, estaba atrapado en un laberinto sin salida. También yo. No nos quedaba otra salida.

Esperábamos pasar el túnel, asustados, pero victoriosos, para encontrarnos al final, con una puerta con letras grandes, brillantes y rojas, en donde se leyera...

EXIT.

Ruleta RusaWhere stories live. Discover now