Capítulo 23

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Sehun Point of View...

Arto, cansado, frustrado... estaba llegando a mi límite, y es que ya no aguantaba más la cercanía de Minah para conmigo, ni que buscara cualquier excusa para estar conmigo. Si no era en el desayuno, era cuando iba a la recamara que mi abuela había designado para Arang y para mí. Sin importarle siquiera que ella estuviera a mi lado. Su cercanía parecía asfixiarme.

Me aleje de ella y esquivé su toque por sexta vez para ser apenas, las diez y cuarto de la mañana del domingo. Fulmine con la mirada a mi estresante hermana, quien disfrutaba al parecer que la mujer que se encontraba a escasos metros de mí, se me acercara.

Minah al contrario parecía disfrutaba ver la incomodidad que me causaba estar cerca de ella, pues desde que había llegado junto con Maya de las compras para la dichosa cena, había empezado a atosigarme.

Me adentre en la cocina para dejar sobre la encimera el pastel, que casualmente Minah se ofreció a ir por él. Y en el que maya tuvo mucho que ver al insistir en que fuera yo el que la llevara. Había aceptado, no quería que por ningún motivo mis padres, en especial mi madre, quien era la más inquisitiva de los dos, y se dieran cuenta de lo que esa mujer era en mi vida. Pero también había visto lo incomoda que se había quedado Arang, cuando me vio salir junto a Minah de la casa.

— ¿Dónde está Arang? —pregunte al notar la ausencia de mi esposa en la sala donde se encontraban mis padres y mi abuela, y en el resto de la casa, pues ya había ido a la habitación a buscarla.

—La vi salir rumbo a la playa —dijo mi madre.

—Puede que este por volver —alardeo Maya, saliendo de la cocina colgándose inmediatamente de mi brazo, fastidio grabado en su cara en el momento en pregunte por Arang.

No respondí nada, simplemente me solté del agarre de mi hermana y salí en busca de Arang.

No me fue difícil dar con ella esta vez. La encontré parada cerca a la orilla del mar, mientras las olas casi tocaban sus pies y ella no hacía nada por esquivarlas. Y la brisa fresca con olor a sal desordenaba su cabello. En tanto ella mantenía los brazos cruzados sobre su pecho.

Mi cuerpo se relajó a penas verla, con sigiló y lentitud me fui acercando hasta ella hasta donde estaba ella, al divisar. Con la clara intención esta vez de disfrutar por fin, un momento a solas con ella.

Tal vez, debería decir que ese peso que sentía me oprimía el pecho se fue en el momento en que le confesé a Arang, todo el pesar que creí guardaría por mucho tiempo. Era necesario que ella conociera un poco de mi vida antes de conocerla. No quería que se hiciera ideas erróneas en su cabeza. En algún tiempo quizás, iría hasta Lena y le daría las gracias merecidas, por ese día llamarme y llevarme hasta donde estaba Arang. Aunque en el momento en que ella salió a toda prisa y dejándome solo, pensé que tal vez no había sido correcto decirle una parte de mi historia. Siempre estaría agradecido con la madre de Arang, pues sin su llamada, no hubiese logrado encontrarla.

Aun podía recordarla tratando de evitarme mi mirada, cuando yo buscaba conectarla con ella mientras almorzábamos con sus padres, aún era raro para mi llamarles suegros, ella tan solo se limitaba a tragar nerviosa e intentaba disimular muy bien, que nada había pasado entre nosotros.

Esa noche luego de llegar por fin a casa después de una pesada mañana, no logre conciliar el sueño como quería. Por lo que preferí ocupar mi cabeza en algunos pendientes que había traído a casa de la oficina.

El cansancio pareció hacer mella en mí en alguna hora de la madrugada, puesto que cuando desperté, me encontraba sobre los papeles en los que había estado trabajando. No me moleste en ordenar siquiera un poco el desastre delante de mí, así que solo me dirigí a darme un buen baño matutino que ayudara a terminar de despertarme y relajar mis músculos, la mayoría de ellos agarrotados.

Segunda Oportunidad para el Amor || Sehun Where stories live. Discover now