Capítulo 32

102 9 2
                                    

Arang.

—Te lo advertí. Te dije que si te acercabas a mi mujer iba a golpearte.

—Sehun... —dije en un susurro y reaccioné al instante aún con la sorpresa por lo que acababa de suceder mientras mis ojos reparaban en su semblante furioso, su mandíbula tensa y sus manos empuñadas con fuerza. Sin embargo, no estaba mirándome a mi sino al hombre en el suelo, quién limpiaba sangre de la comisura de su labio. Diciéndose todo y nada. Si las miradas matarán no quería si quiera imaginar la escena de la que sería testigo.

Di un paso hacia Sehun con la intención de tocarle, más detuve mi acción sintiéndome de repente culpable de la situacion, por permitir que Jongin me diera ese abrazo.

Más las cosas sucedieron en un abrir y cerrar. Sehun gruñó dándole el tiempo suficiente a Jongin para ponerse de pie, y apenas el moreno pudo mantenerse en esa forma se lanzó contra Sehun propinandole un puñetazo que terminó por romperle el labio haciéndole irse de bruces al suelo.

—Es todo lo que vas a hacer —dijo Sehun. Evidentemente con el coraje nublando su razón.

—¡¿Cuál es tu maldito problema?! —gritó Jongin empuñandolo del cuello de la camisa.

—¡Te pedí que te alejaras de ella!—respondió Sehun a cambio. Jongin sonrió con descaro.

—Eso es imposible. Cuando ahora soy tu cuñado.

Sehun no dijo nada. Tan solo le soltó un par de golpes más a Jongin en el rostro abalanzandose sobre él. Y cuándo pensé que ahí iban a detenerse, tan solo fue un golpe tras otro que empezaba a dejarlos en desventaja a uno del otro haciendo que la situación se saliera de control. Debía detenerlos. No podía permitir que ambos hombres siguieran lastimandose.

—¡BASTA! ¡Paren ya, los dos! —Grité interponiendome, tomando con fuerza a Jongin de los hombros tirándolo al suelo, parándome así delante de Sehun como si realmente pudiera detenerle. Llamando su atención. —Basta ya Sehun, por favor — supliqué. Ni siquiera voltee a ver a Jongin, tan solo rogaba internamente a qué se detuvieran ya, antes de que también llamaran la atención de los transeúntes que pasaban ajenos a la situacion. —Sehun... — Susurré, obteniendo su atención. — Vamos Jongin, retirate ya  —dije.

—No me voy a ir — Espetó el otro renuente— No hasta asegurarme que vas estar bien.

Sentí a Sehun tensarse y entonces reparé en el agarre que tenía en mi mano en el mismo instante en qué una punzada de dolor se hizo presente en la zona que el empuñaba con fuerza. La tensión podía sentirse en el aire, era más que evidente que Sehun estaba conteniendose, y Jongin le secundaba.

— No es como si Sehun va hacerme daño Jongin. Solo vete. Maya debe estar esperando por ti —dije. Jongin me miró.

—No quería hacerte pasar por esto Arang. Disculpame yo...

—¿No has escuchado? Vamos. Lárgate. —interrumpio Sehun.

Ambos se miraron de manera desafiante, pero Jongin asintió cuando le hice una señal para que de una vez se fuera y no complicara más la situación. Acto que no pudo pasar desapercibido a ojos de Sehun, quien no perdió de vista los movimientos del otro, hasta que desapareció de nuestra vista. Sentí a Sehun aflojar el agarre en mi mano para luego alejarme de su cuerpo, mientras  retrocedía un par de pasos  con la mirada suspendida en algún punto en el parque para luego mirarme a mi.

Mis ojos fueron incapaces de apartarse de los suyos, incluso pude percibir algo parecido a la decepción en ellos. No había hecho nada malo según mi criterio aunque el sentimiento de culpa estaba ahí, no para que se pusiera en ese estado pero empezaba a creer que para él sí. Sentí una opresión en mi pecho, mi corazón se sacudió con fuerza a la espera de algo que tuviera que decirme. Sin embargo, Sehun tan solo dio media vuelta y se encaminó al auto estacionado al otro lado de la acera cruzando la calle. ¿Cómo era posible que no lo hubiese escuchado llegar? Pensé, encaminandome detrás de él.

—Sehun — le llame, pero no hubo palabra alguna para mí, lo que inevitablemente empezó a inquietarme. Sehun tan solo sacudió ligeramente su cabeza en negación sin detenerse.

Y cuando estuve a punto de alcanzarle, él abrió la puerta del auto haciéndome detener. Obviamente más que dispuesto a marcharse.

—No te vayas. —dije esta vez más fuerte— Tenemos que hablar.

Él negó.

—Necesito estar solo. Vuelve a casa de mi madre. Necesito calmarme, no quiero arrepentirme después de lo que voy a decir.

Dijo, para después subirse al auto, encendiendolo. Ni siquiera me dejó acercarme a él. Tan solo limpio la comisura de su labio aún manchada con sangre haciendo una mueca de dolor. Marchandosé y  dejándome intranquila.

Suspire y solté el aire que estaba conteniendo, tragando el nudo que se había formado en mi garganta. Sin embargo, me fue inevitable detener las lágrimas ya acumulándose en mis ojos y escurriendose por mis mejillas.

Entonces me encaminé de regreso a casa de mis suegros. Deseando que el camino se me hiciera eterno porque lo que menos quería era ir a casa de ellos. Más una vez estuve delante de la casa ni siquiera me atreví a entrar de nuevo. No con el revuelo que a través del ventanal de la entrada me dediqué a observar.  Una Maya desesperada abrazada de Jongin, mientras esté evitaba que ella le tocará los golpes en el rostro.

—Arang. ¿Que haces aquí parada? ¿Y Sehun?

Me obligue a reaccionar cuando Miyoung se encontró a mi lado. No respondí. Pues no note el momento en que ella siquiera salió de casa.

—¿Te has encontrado con él? —preguntó.0

Asentí en automático.

—Entremos entonces. No te quedes aquí, Jongin nos dijo que acaban de asaltarlo.

Mentiroso, pensé.

La escena era un completo caos. Jongin volteó en mi dirección apenas me vió ahí de pie, y pude percatarme del porque Maya quería tocarle con tanta insistencia. La cara de Jongin estaba casi en su totalidad amoratada, tenía golpes en la comisura de su labio, en sus mejillas y una abierta en la ceja izquierda. Incluso sus nudillos estaban amoratados. La imagen de Sehun vino a mi mente, no quería siquiera imaginar cómo estaría en él en ese momento. Miyoung dirigió sus pasos rumbo a la cocina alegando que pondría agua a calentar. Dejándome delante de ellos.

— Acaban de asaltar a Jongin, ¿Puedes creerlo? —dijo Maya al borde de la desesperación. Más no respondí.

—Maya, basta. Estoy bien. Déjalo ya. — dijo Jongin llamando su atención.

—Es que no puedes pedirme que lo deje asi nada más. Mírate cómo estás. — continúo Maya acercándose lo más que la silla de ruedas le permitía.

— Ya te lo dije, estoy bien solo son pequeños golpes.

—Pequeños golpes, si como no. —refunfuño Maya.

Jongin no dejo de ver en mi dirección. Cómo si esperara a que lo delatara. Suspiré y en cambio me encaminé a la cocina a hacerle compañía a mi suegra.

Entre en silencio, Miyoung estaba encimismada en su labor preparando tazas y una jarra con té caliente en una charola. Pero apenas se percató de mi presencia dejo todo de lado.

—¿Quieres un poco de té? —Ofrecio.

Negué, aunque mi boca estaba un poco seca.

—Llamo Sehun. —Le miré, anticipando lo que iba a decirme. Luego sentí un retortijón en el estómago, sin embargo guarde la calma—. Pidió que SangHoon te lleve a casa. Dice que está un poco indispuesto y no podrá venir por ti. ¿Que paso exactamente hija? Él iba a encontrarse contigo para sorprenderte con su llegada.

Mi pecho dolió con su confesión, mi ojos empezaron a tornarse húmedos de nuevo. Y vaya que me había sorprendido, pensé. Miyoung tan solo me miro. Dude entonces en si debí hablarle de lo sucedido entre él y Jongin. A ese punto era mejor evitar problemas a toda costa por lo que tal vez lo mejor era mantener la versión que el mismo Jongin les había dado. Sin embargo, tambien no quería seguir mintiendo.

— Vi cuando saliste con Jongin. — volvió a decir Miyoung. Estuve segura que mis ojos se abrieron a causa de su repentina confesión. Sintiéndome una vez más entre la espada y la pared.

Segunda Oportunidad para el Amor || Sehun Where stories live. Discover now