Acto 1: Viejas Heridas. (Editado)

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Kerry

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Kerry

Terminé el café en silencio; Mientras Lupe terminaba de limpiar la habitación, yo lidiaba con la resaca.

"Soy un ángel" Pff... ¿Qué pantuflas haría un ángel en la tierra? ¿Cazar demonios? ¿Dar clases? ¿Trabajar? Mike no me va a agarrar de pendejo.

Algo sí es cierto, lo que pasó anoche en ese libro no lo imaginé, estaba bien sobrio, exceptuando los golpes en mi cabeza, fuera de eso estaba en sano juicio.

Dejé la taza en la cocina, luego de buscar mi billetera casi lloro, no había ni 20 dólares.

Fui al cajero, sólo pude retirar unos cuantos billetes, al parecer había un error en mi cuenta, "fondos insuficientes", esa frase le provocaría a cualquiera un dolor de estómago.

Antes de volver a subirme al auto, me llamó Andrea... Dudé unos segundos en contestar, pero por el aprecio que le tengo debo al menos decirle que estoy vivo...

—¿Hola?

—Key... Sólo llamaba, pues para saber de ti.

—Claro... —Dije dudoso. —Estoy bien.

—¿Bien? No he hablado contigo, al menos ¿Podemos vernos?

—No, tengo problemas bancarios... No lo entenderías... Voy con prisa, te hablo luego. —Colgué.

Como la curiosidad no es algo que controle, fui a la casa de "Raguel", como me había invitado en la mañanita, sólo espero que tenga almuerzo.

*toc toc*

La puerta se abrió lentamente, detrás de ella había un chico de veintisiete y con cabello de puntas rubias despeinado. Esos mechones que le salen a Mike son horribles.

—Sabía que vendrías... Te conozco tan bien, hermanito. —Dijo en tono engreído.

—No te hagas ilusiones, lo de anoche no lo olvido.

—Supongo... Pasa. —Se hizo a un lado.

—No necesito invitaciones, podría comprar este lugar.

Lo cierto es que sí, su casa es linda pero no debe pasar los setenta mil por lo que podría adquirirla si quisiera.

—No lo creo. —Añadió de forma juguetona.

Cosa que, por cierto, no me agradó, no después de lo del cajero.

En ese momento me interesaba encontrar de nuevo el libro, él dijo que papá estaba ahí ¿A qué se referiría? No sé... Es literalmente imposible que papá esté ahí.

Puede ser un libro que él haya escrito y dejado antes de partir o, un diario, pero ahora, debo desviar su atención.

—Mike.

—Raguel. —Interrumpió apresurado.

—Raguel... ¿Tienes algo para almorzar?

—Soup ¿Te apetece?

Ángel Oscuro| Hijos Del Cielo IWhere stories live. Discover now