Acto 1: Imprevistos. (Editado)

123 85 5
                                    

—No te decepcionarás de conocerme, te lo aseguro

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

—No te decepcionarás de conocerme, te lo aseguro. —Añadí entusiasmado.

No me iría con un no de esta ocasión, esta vez no, no la perdería; ésta es mi oportunidad y no la dejaré pasar.

Ella guardó silencio, eso combinado con el tráfico me ponían de muy mal humor, pero no debo perder la calma, no en tan importante negociación por su corazón.

—Sólo dime algo, no me dejes hablando solo... Duele.

Despegó su mirada de la ventana y vagamente la colocó en mis ojos.

—Algo...

—Así no podemos progresar, necesito que conectemos y hablemos.

—Ahora necesitas que hablemos... —Rodó sus ojos. —... Cuando yo te lo pedí por meses; Además, si tanto querías hablar ¿Por qué has estado tanto tiempo desaparecido?

Sentí un apretón en el pecho, había razón en sus palabras y algo de interés en la última pregunta.

Te descuidaste, Kerry, la descuidaste. Tienes que aceptarlo porque ella se va a defender con eso hasta que yo me canse, suele ser así.

—Estaba dañado, pero ya me estoy reparando. —Dije, colocando la última pizca de ánimo que me quedaba.

—¡¡Ooh Dios!! ¿Se supone que ahora acepte volver a ser uno de tus tantos trofeos?

Ya en este punto estaba casi perdido, no quería admitirle que ésta salida había sido un error.

De pronto me picaban los ojos por las lágrimas salientes, esto dificultaba mi visión.

—No, pero al menos podrías recompensarme por el esfuerzo que estoy haciendo.

Ella miró al suelo, decepcionada, o triste, no lo sé con seguridad.

Llevó su mano a su frente y con sus dedos, masajeó el tabique de su nariz.

—Te recompensaré con la verdad. —Colocó un brazo en la ventana. —Me estoy viendo con algunos chicos y entre mis planes no entras tú.

Unas cuantas palabras... Unas cuantas palabras bastaron para mandarme al carajo, para hacerme sentir un frío recorrerme desde la nuca hasta los pies.

De un momento a otro nada importaba, no escuchaba absolutamente nada, repitiéndome una y otra vez "entre mis planes no entras tú", como un eco que me castiga por mis errores.

El tiempo se hizo lento para mí, ella hablaba asustada o gritaba, realmente no escuchaba nada, sólo memorizaba su rostro, para pintarlo en un recuerdo.

Ya en mis manos no se sentía el volante, ni en mis pies los pedales; Creo... Que sólo estaba ahí, flotando en medio de la realidad sim importar las consecuencias ni lo que pase.

El momento lo rompió un golpe, uno fuerte, uno que me pintó la vista de rojo y luego de negro.

Y la sensación de estar en el espacio, se hizo aún más real.

Ángel Oscuro| Hijos Del Cielo IWhere stories live. Discover now