Acto 1: Desenterrando la verdad. (Editado)

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Kerry

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Kerry

El crujido de la puerta abriéndose me distrajo de mis pensamientos, el cuarto estaba oscuro y lo único que iluminaba era la luz que filtraba por la puerta.

Raguel se asomó lentamente por la abertura, se escabulló en silencio hasta mi cama, donde estaba sentado pensando.

—¿Estás bien? —Su tono era suave.

—Sí, no esperaba verte aquí.

—Obviamente no me esperabas. Te distanciaste de la nada hermano ¿Qué sucede contigo?

—No es nada. —Encogí mis hombros.

—¡¿Nada?! —Se exaltó. —Hace casi un mes no hablas, nadie sabe de tí, te la has pasado aquí encerrado.

Aunque podía entender sus puntos, sus reclamos hacia mí no eran tolerables, no le debo explicaciones de mi vida a nadie.

—A mí no me reclames nada. —Lo empujé con fuerza fuera de la cama. —Que fuiste tú quien jugó con cosas importantes para mí.

—¿Cosas importantes como qué? Para ti lo único importante es el dinero, el alcohol y las mujeres, realmente no tienes idea de quién eres, ni lo que quieres. —Haló mi suéter por la manga.

Eso me irritó y aunque intenté ocultarlo, de nada sirve... Yo jamás guardo nada, las verdades deben decirse.

—¡No es tu problema lo que quiera o no! Esta es mi vida y haré con ella lo que quiera, si quisiera cagarme en la biblia es mi maldito problema.

Guardé silencio por unos momentos, reflexionando un poco en sus palabras y acciones el último mes.

A él no le preocupaba que una cantidad tan grande de dinero se haya esfumado de mi cuenta, los ladrones no sólo me quitaron mis fondos, sino también uno de ellos volvió por mí.

—Puedo escuchar lo que piensas y créeme que hay una explicación. -Se apresuró a añadir.

Lo observé un momento con la intención de encontrar alguna señal, que borrara la vaga idea de que fue él quien me asaltó... Que por muy desquiciada que suene, no deja de venir a mi mente.

—¿Fuiste tú verdad? —Entrecerré los ojos, fruncí el ceño. —Tú tomaste la tarjeta e hiciste el cambio ¿Eres un ángel no? Algo le hiciste a las cámaras.

—Es necesario, necesitas perder algunas cosas para que puedas convertirte en el ángel que tu padre quiere y el que tu raza necesita.

Otra vez lo menciona... "Tu padre quiere" "tu raza necesita" ¡¿Cómo quiere que siente algún deber moral con alguien que no conocí?! Y del cual, lo único que tengo son dos miserables autos y cerros de dinero que pudo multiplicar si no hubiera muerto.

—No tengo un sólo céntimo. —Una lágrima se escapó de mi ojo. —Gracias a ti. —Me paré y lo empujé hacia la puerta. —Yo no quiero ser ángel, ni duende. ¡Ni esas estupideces! Estaba bien antes de eso.

Ángel Oscuro| Hijos Del Cielo IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora