Acto 3: La Trampa. (1) (Editado)

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La lata crujió al abrirla, ya sería la número nueve en el transcurso de la mañana; Raguel estaba en su habitación revisando lo encontrado anoche: Las cartas y el libro

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La lata crujió al abrirla, ya sería la número nueve en el transcurso de la mañana; Raguel estaba en su habitación revisando lo encontrado anoche: Las cartas y el libro.

Su amiga Jenny nos había despertado a ambos, la llamó para que me revisara. Jenny era muy delgada para mi gusto, aunque su boquita no dejaba de ser el punto de mi mirada.

Entre sus manos sostenía un vendaje, sólo lo pasaba sobre mi piel en las piernas, por el abdomen ya había pasado; Cuando pasó por el pecho, se detuvo observando atenta a la tela.

Habían manchas blancas creciendo sobre ese harapo sucio. Llamó a Raguel a la sala y le mostró.

—No está mal, pero debes mantenerte muy tranquilo en los próximos días, eso que tienes es algo malo. —Jenny guardaba sus cosas mientras hablaba.

—No está mal... ¿Y bien, no me dirás?. —Dije arqueado la ceja.

—Tienes un Alma Críptida, si te tranquiliza saber, fue documentado como un animal en libros Tibetanos; Hasta que hable con ella, no sabré si es agresivo, como lo fue su propietario. Volveré en unos días para que hablemos con ella y le busquemos solución.

Para nada me tranqulizaba, mi corazón comenzaba a palpitar más rápido, ésto podría ser grave, la medicina no puede curarlo y ella necesita más tiempo.

—Nos vemos y gracias por ayudarnos. —Decía Raguel, mientras agitaba su mano.

—¿Viste que bien le quedaba la blusa? —Susurré, a son de hoy sigo buscando restablecer la comunicación con él.

Golpeo su frente con la palma de la mano, acto seguido entró en la casa ignorando mi comentario.

—¿Te vas a poner igual que Miguel? ¿Tampoco quieres amigos? —Solté a sus espaldas por impulso.

—Miguel tiene sus motivos, además, soy diferente a él en muchas maneras.  A Miguel no le interesa ser social, sólo se dedica a instruir en muchas partes del mundo, sumale el hecho de que debe reunirse casi todas las semanas con los demás arcángeles. ¿Qué tiempo tiene oara amigos?

—Supongo que ninguno, eso no quita el hecho de que pueda intentarlo. —Me encogí de hombros. —Le ofrecí ser nuestro amigo ¿Sabes? Y sólo lo ignoró.

Raguel tomó un vaso donde vertió el batido extraño que había puesto mientras Jenny estaba aquí y lo llevaba a su cuerto junto con un plato de papas.

—¿Eso te dolió? Muchos lo intentamos y todos aprendimos que es una persona muy reservada, pero eso lo ayuda en su trabajo.

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Ángel Oscuro| Hijos Del Cielo IWhere stories live. Discover now