Acto 3: La Trampa. (2) (Editado)

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~Kerry~

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~Kerry~

Al caer el sol, la puerta sonó, yo permanecía tendido en el suelo, superando el dolor de cabeza que cada vez se agudizaba más .

Raguel interrumpió su lectura para abrir la puerta, se abrió paso a través del desorden, de todos los trastos sucios, los desperdicios, ésto es un basurero.

Al abrir la puerta, Miguel no esperó mucho para soltar la sopa. Raguel le pidió que pasara y tomar asiento, Miguel sólo permaneció de pie impaciente por lo que tenía que decir.

—Como lo había dicho antes, fue difícil, pero lo conseguí: Los estudiantes no tenían nada que ayudara, hablé con el director y tengo el listado en el maletín, sin embargo hay algo más. —Dijo Miguel colocando el maletín en el sofá.

Ambos se sentaron al lado del maletín, mientras Miguel lo abría dejando ver un folder crema con algumas hojas adheridas con clips a su interior.

Se pasaron algunos hojas que Raguel inspeccionó al instante, no pude ver su expresión ya que me encontraba de espaldas a él, en un asiento del comedor.

—Leí sus recuerdos y se enteró pero, tuvo contacto hace unos días con personas las cuales olvidó, no ví quienes eran, lo hizo a propósito, obviamente oculta algo.

—¡Entonces busquemos! —Exclamé con la botella de vodka en alto.

Ambos miraron en mi dirección, no me prestaron atención y se concentraron en murmurar palabras que no escuchaba.

Miguel se acercó a mí, me entregó un medallón de madera, algo curiosamente bonito, obviamente algo tallado con dedicación.

—Toma, supe que no te dieron el tuyo pero aquí está, esto te representa como un ángel guardián. Te ayudará con algunas de tus habilidades.

El pequeño círculo de madera tenía el logo de la hermandad y detrás un pequeño escudo tallado.

Me sentí realmente feliz, dentro de tanta desgracia había logrado formar parte de ellos y aunque tal vez no lo necesitara, lo tendré como un trofeo.

—Es peligroso lo que quieres hacer, Raguel. Pero estás en la mejor posición ahora que no tienes nada que perder.

—Todavía me pueden quitar los poderes que me quedan y expulsarme del cielo. —Respondió este con una expresión de súplica y preocupación.

—No lo harán, tengo la influencia suficiente para evitarlo. Hacer caer a un ángel no es desición de él. —Asientió agarrándose la punta del sombrero, luego caminó hacia su auto mientras el viento le alborotaba la gabardina.

Ángel Oscuro| Hijos Del Cielo IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora