Acto 2: Cumpleaños Felíz. (Editado)

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Diciembre

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Diciembre.

Por fin se habían acabado los compromisos, al igual que el año pasado mamá compró adornos y llamó a Rubber. —Su amigo. —Para ayudarle a decorar la mansión.

Para éstos tiempos, Lupe ya no limpiaba la casa, sólo venía en las tardes para ayudar a mamá con la decoración pues, es una actividad que le entusiasma demasiado y hace más por placer que por otra cosa. —Y en recompensa, mamá invita a ella y su esposo a cenar. 

Todos parecían alegres con la llegada del invierno y las fiestas de fin de año y yo desearía estarlo también, pero después de los últimos meses no lo creo prudente.

Todos los días se escuchan en la casa las canciones de Navidad: Lentas y con un ritmo bailable que a mi mamá le encantan escuchar.

Lo detesto, todos lo días suena las mismas tonadas, vienen las mismas personas y cuchichean de los mismo temas. ¿Mientras yo qué? Gozó de un papel arrugado.

No me interesa buscar algo que hacer, aún no. Creo que me merezco un tiempo para mí después de sacrificarme estos meses para acondicionar mi cuerpo.

Me siento más delgado y un poco más tonificado, pero me detengo y pienso: ¿De qué me sirve?

Puedo adivinar que me pondrán como ángel guardián a seguirle los pasos cualquier pendejo demasiado distraído para cuidar su propia espalda.

¿Para esto me esforcé? ¿Por qué lo hice?... Para pelear contra bichos y seres extraños ¿No?

Espero ver cosas extrañas, ver criaturas y demonios, cosas interesantes que me darán historias que contar a mis amigos... Cuando los tenga.

No quiero involucrarme en dramas, pero me vendría bien tener una pelea real para probar si ha funcionado el esfuerzo.

Zoran...

No pelearé con él, ya no es mi asunto, que lo resuelvan ellos y aunque quisiera pelear con él, no podría.

Una de esas mañanas, me desperté con la música que sonaba en la planta baja, pero era Lupe quien la escuchaba; Por alguna razón hoy se encontraba temprano cocinando en lo que ella llamaba "fogón".

Corría un viento helado y se colaba en la casa a través de la ventana del comedor.

Cerré con prisa las ventanas y me tomó algunos minutos recoger todos los papeles que habían volado de la mesa sin orden alguno.

Mis esperanzas estaban en la nevera, esperando que hubiese algo de comida rápida, juegos o algunas de las pastas que siempre sobran del almuerzo.

Sólo estaban las verduras de mamá, agua y unas botellas de Monster... Vaya manera de desayunar.

Mi día se describiría como siempre, con la excepción de que Mamá dejó una nota sobre el Cámaro diciendo que ella, Raguel y algunos amigos de la familia, se reunirían esta noche para celebrar. —Todo bien. —Mi cumpleaños...

Ángel Oscuro| Hijos Del Cielo IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora