Epílogo. (Editado)

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Kerry caminó perdido entre la gente

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Kerry caminó perdido entre la gente... Hasta llegar a una cafetería, de seguro no comprará nada, digo no tiene dinero.

Yendo a la cafetería y regresando a casa. Seguro encontró la forma de comer gratis ahí, no lo sé, desde aquí no se ve mucho.

Lo conozco tan bien, que sé que consiguió trabajar ahí. Tal vez es flojo pero hasta él se cansa de sí mismos.

Él tiene amigos, ellos también llamaron mi atención: Raguel parece seguir en la vida de Kerry, parece que viven juntos y asisten a la universidad, tal vez estudien juntos. Deseo escribirle otra vez a través del libro.

Espero que termine su carrera de medicina, tan sólo necesita disciplina y podrá lograrlo, sino fuera así, ya lo hubieran sacado de la carrera y se hubiera dedicado a otra cosa.

Muy en el fondo sabe, que ama esas cosas, porque de todas a las que a renunciado está es una de las pocas a las cuales volvió.

Miguel me preocupaba, a él más que a nadie le afectó el desastre em Astvinvil, tal vez aún no se entera que la comunidad de ángeles "Hijos del Cielo" ha crecido gracias a los pobladores de Astinvil que rescató. Eso aliviaría su culpa.

Se ve roto, lo siento roto por dentro y su desaparición del mapa me lo confirma. El lugar donde vive ahora ni si quiera tiene municipio.

Si algún día vuelve, quiero ver su expresión cuando vea que el instituto no tiene rumbo ni nadie que tome la batuta, tal vez quiera hacerse cargo y darle la dirección que necesita.

Su excesivo orden hará que enferme al ver el desastre que se está armando, los altos mandos están observando mientras que los desterrados planean represalias.

Espero que cuiden bien mis libros y utilicen su conocimiento para formarse como una comunidad sólida y próspera.

La magia de los libros puede aportar beneficios inmensos para quien los usa sin codicia.

—¿Señor Santos? —Me asustó una voz femenina.

Amaba que me dijeran así, aunque el apellido era inventado, sonaba bien cuando alguien me llamaba por él.

Pero aquí en la nada, donde observo todo. ¿Quién podría perturbar mi eterna condena?

Me levanté de la silla ante tal presencia y la aparté cerca del círculo en el suelo, que permite ver hacia la tierra.

Sería posible ¿Por fin ella había llegado para hacerme compañía? Pero, sólo un ángel sin alma se queda estancado como yo en el plano espiritual.

Sólo ángeles fallecidos entran aquí, nunca quise que ella llegara y cuando supe que vendría, hice lo imposible para me otorgarán otro cuerpo que habitar y poder salvarla.

—¿Señora Coore?... —Intenté seguirle el juego pero estaba demasiado nervioso. —Luce demasiado bien para éste lugar.

Las manos me temblaban, ella no lo notó y sonrió torpemente en respuesta.

Ángel Oscuro| Hijos Del Cielo IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora