Las calles de Sevilla

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Negro asfalto,
sonora, taciturna y reflexiva:
la calle.

Cielo color de cemento,
nubes tristes, para corazones sin dueño.

El caucho pintado en los labios de la carretera,
y si algún día siguiera su estela,
iluminando mis pasos,
siempre me daría vuelta.

Las risueñas luces de los semáforos
y sus colores centelleantes,
siempre cruzo en ámbar
aunque suelo llegar tarde.

El acordeón ilustra la mirada iluminada
de los ojos de Triana,
para que por la mañana
recordemos su naranja.

Cálida luz mortecina de las farolas
dibujando una hilera de colores,
buscaré mis musas,
¡siguiendo tus olores!

Vísceras y letrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora