Para un poeta

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De la escuela de los bares,
el tercer verso es un punto y coma.
Su humo despojado se disipa en las calles
que recita en su alcoba.

Borracho de versos,
doctorado en desamor,
una pluma y un beso
que flota en el alcohol.

Con una rubia en el Barullo
susurra una calada de vuelta,
siempre fuera del tumulto
bajo la farola de la acera.

Lleva a Silvio de equipaje,
alma andrajosa de camino a casa,
y pasa los ratos con Aute
mientras mira cómo todo pasa.

Vísceras y letrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora