Vi en sus vidriosos ojos una plegaria rechazada,
de tanto caminar se acurrucó en el miedo bajo aquella noche estrellada.Y ahora es solo un pobre vagabundo,
su rostro demacrado gritaba una escapatoria del desastre.Esa intensa mirada se clavó en mi alma,
y me hizo recordar: ¿cuál es tu destino?Y nunca más volví a encontrar
al hombre de los pies torcidos.