Polvo de estrella

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Y ahora es el momento,
en derredor del frío opaco,
del alocado y lógico firmamento,
cuando encuentro y observo 
el cielo de nuevo.

Más jungla no existe que la de dos;
imperecedera durante esos instantes
y reflexiva tras el inesperado adiós.

Somos hojas de pino movidas por el viento,
con faldas y despeinados sobre el lienzo.
Somos dorados por el sol y también somos verdes,
somos raíces y nacemos en el fondo de lo que puede verse.

Conservamos las canciones y nuestros ademanes,
algunos guardan recelosos los prismáticos en el bolsillo,
y aunque seamos instinto, 
vivimos condenados por el después de las inmensidades.

Es la consciencia dormida la que te hace sentir,
te da besos en la oreja y te maquilla las penas;
pero la razón te hace seguir donde al fin se divisa lo que somos:
polvo de estrella en un mundo hostil.

Vísceras y letrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora